Todo está preparado para la cremá. Esta noche arderán los sueños de los valencianos, esta noche solo quedará el recuerdo de las ilusiones y las decepciones hechas cenizas. Pero bien es sabido que el valenciano cambia de un día a otro, se transforma y se adapta a las circunstancias. Con ese talante, mañana la ciudad de Valencia despertará con la sensación de que algo bello murió la noche anterior entre los escombros de los ninots falleros.
Al mismo tiempo recordará que es el primer día del nuevo año fallero. Los artístas comenzarán a plasmar algunas ideas en bocetos, recuperarán algúno de los ninots que no tuvieron cabida en su último proyecto, ese que proyecto que a unos gustó y a otros no tanto, las comisiones falleras planificarán sus actos, loterias y demás para el nuevo año fallero.
La misma noche del jueves, en Mestalla todo ocurrirá de un modo similar, tal vez con un día de retraso, tal vez con una sensación unánime de desilusión, de año perdido. Los artístas se las verán con un Barça en declive pero siempre peligroso. La plantá fue buená, un empate en el Nou Camp que el Valencia debe hacer valer para que la nit de la cremá se repita un día después de an José, para que Valencia estalle de alegría, para que la fiesta fallera dure este año un día más de lo habitual.
Lo demás llegará, debe llegar de inmediato, porque este proyecto no acaba aquí. L a nueva falla valencianista deberá presentarse impoluta y recién pintada tres días después, en el Bernabeu, ante un Real Madrid que va lanzado hacía la consecución del primer premio y ante el cual, a pesar de que este año no concursa en la sección especial, el Valencia deberá demostrar que no ha olvidado que no tanto tiempo atrás fue favorito a todo.
Tal vez las cosas se reviertan, tal vez el que hace unos meses fue candidato a ninot indultat arda entre las llamas de una hoguera que no perdona que les haya conducido a donde están. Tal vez los tres que en noviembre fueron condenados a la hoguera se conviertan ahora en ninots indultats.
Tal vez sea el momento de reflexionar, de aceptar que está falla tiene un gran presupuesto pero una mala comisión, tal vez a partir del próximo lunes podremos hablar con más ilusión.
Al mismo tiempo recordará que es el primer día del nuevo año fallero. Los artístas comenzarán a plasmar algunas ideas en bocetos, recuperarán algúno de los ninots que no tuvieron cabida en su último proyecto, ese que proyecto que a unos gustó y a otros no tanto, las comisiones falleras planificarán sus actos, loterias y demás para el nuevo año fallero.
La misma noche del jueves, en Mestalla todo ocurrirá de un modo similar, tal vez con un día de retraso, tal vez con una sensación unánime de desilusión, de año perdido. Los artístas se las verán con un Barça en declive pero siempre peligroso. La plantá fue buená, un empate en el Nou Camp que el Valencia debe hacer valer para que la nit de la cremá se repita un día después de an José, para que Valencia estalle de alegría, para que la fiesta fallera dure este año un día más de lo habitual.
Lo demás llegará, debe llegar de inmediato, porque este proyecto no acaba aquí. L a nueva falla valencianista deberá presentarse impoluta y recién pintada tres días después, en el Bernabeu, ante un Real Madrid que va lanzado hacía la consecución del primer premio y ante el cual, a pesar de que este año no concursa en la sección especial, el Valencia deberá demostrar que no ha olvidado que no tanto tiempo atrás fue favorito a todo.
Tal vez las cosas se reviertan, tal vez el que hace unos meses fue candidato a ninot indultat arda entre las llamas de una hoguera que no perdona que les haya conducido a donde están. Tal vez los tres que en noviembre fueron condenados a la hoguera se conviertan ahora en ninots indultats.
Tal vez sea el momento de reflexionar, de aceptar que está falla tiene un gran presupuesto pero una mala comisión, tal vez a partir del próximo lunes podremos hablar con más ilusión.
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