Por una vez en la vida los españoles nos hemos dejado de monsergas, Luís ha entendido que es su última oportunidad, pasa de la prensa, contagía convencimiento a los jugadores, estos hacen piña y creen que su destino, por una vez, puede diferir de la acostumbrada derrota injusta.
Fueron los penaltis pero pudo ser mucho antes, dos penaltis que el alemán no quiso ver, pudieron evitar que nuestros corazones sufrieran hasta límites insospechados. No importa, el premio llegó más tarde, cuando Casillas atajó por dos veces el intento italiano por disimular su racanería. España por una vez, dio un puñetazo en la mesa y se impuso, se impuso en la loteria pero se impuso el que lo mereció.
Adios a los que no respetan al espectador, adios a los que no se averguenzan por practicar el antifutbol durante un siglo, adios a los que creen que el fin justifican los medios, adios a Gattuso, a Pirlo que se comieron hasta los codos desde la grada, adios al conservadurismo crónico de Donadoni, adios a la tacaña Italia, adios.
De los nuestros que decir, Excelente el trabajo de un Marchena que se ha convertido en jugador imprescindible en esta selección, magnífico trabajo de Villa que peleó todos los balones e incordió hasta el infinito aunque no tuviese el premio del gol y mi gran admiración para el fútbol de salón, la calidad y la fantasía del mago Silva. Excelentes los nuestros, excelentes todos hoy.

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