Somos un cúmulo de obras inacabadas que se jactan de su dudoso estado de saludSin dar señales de vida, así sigue el Valencia CF. El corazón del enfermo, siguiendo el simil de Villalonga) sigue sin responder, no valen los masajes cardiacos, ni la respiración asistida, ni siquiera los continuos organigramas que Fernando se empeña en diseñar una y otra vez en su libreta de dos rayas. Lo que este equipo necesita es una dosis de vida, los moribundos pueden serlo por mil motivos pero lo común a todos es la elipsis de esperanza y la menuda dosis de vida que conservan en sus maltrechos bolsillos. Al Valencia le pasa igual, el enfermo se muere, agoniza y derrama sangre en forma de deudas acuciantes.
Algunos organos del maltrecho enfermo intentan dar un impulso al resto en forma de unión del equipo o victorias en amistosos , pero lo cierto es que la energía que estos son capaces de irradiar no basta ni de léjos, para poner en funcionamiento un corazón cansado y abatido. La transfusión no llega y los médicos se limitan a mirar al enfermo y repetirse una y otra vez lo buenos que son. No lleva la sangre nueva y ni siquiera se le da tratamiento a la infección. Una tirita, una aspirina, un simple suero serían bienvenidos, pero cuando el médico se empeña en que muera el enfermo, poca esperanza queda ya.
Imprimir
Lo triste es que, a pesar de que la entidad está por encima, muypor encima, de estos impresentables que han jugado con el capital valencianista como si fuese una ruleta rusa, entre todos lo están desangrando y poniendo en evidencia sus vísceras. Al que trabaja como un profesional lo apartan, y al que hace más pasillos lo suben a los altares.
ResponderEliminarUna pena. Esperemos que los verdaderos obreros de este club, la plantilla, metan la pelotita a pesar de los esfuerzos sobrehumanos de tanta rémora que parasita del escudo del murciélago. Eso, mientras el grifo siga manando, que cuando se pare, vamos a seguir saliendo en la prensa amarilla a golpe de titular sonrojante.