El Valencia intentará romper rachas en Riazor

El Valencia viajará este fin de semana a Riazor con la esperanza de romper varias rachas negativas que viene arrastrando desde hace semanas. Los de Emery quieren acabar un partido con la puerta imbatida y es que ya son 17 los partidos consecutivos en los que los ché han visto como su portería era batida. La segunda de las rachas negativas tiene relación directa con la anterior, en los últimos nueve partidos el Valencia CF ha encajado un al menos un gol a balón parado, el último el pasado miércoles en Kiev ante el Dinamo. Pero aún hay una tercera racha negativa a romper, la de partidos a domicilio sin ganar, nueve son los enfrentamientos léjos de Mestalla que el equipo del Turia acumula sin conocer la derrota.

Para acabar con toda esta serie de rachas negativas lo ideal sería contar con toda la plantilla, sin embargo, una semana más, Unai Emery tendrá que hacer juegos de equilibrio para construir un equipo con garantías en la zona defensiva. A la duda de Cesar (lesionado en Kiev), se unen las ausencias de Alexis, Marchena, Moretti, Miguel, Albelda, Edu y Albiol.

Así, la defensa valencianista puede estar conformada por Angulo, Maduro, del Horno o incluso podría entrar Curro Torres que aún no ha debutado en la presente temporada. La inclusión de varios jugadores en la convocatoria se hace necesaria y es que esta es una expedición en la que la falta de efectivos es la nota predominante.

Tras las últimas de declaraciones del entrenador, en las que afirma que el equipo debe jugar con las líneas más juntas y conceder menos ocasiones al rival, es presumible que el equipo salga unos metros más retrasado. Un gol tempranero en contra con la defensa mermada podría desembocar en un estado de nerviosismo peligroso para el euipo.

Lo que importa en estos momentos es dar una imagen de conjunto, de equipo solidario y arroparse todas las líneas. En Kiev se vieron algunos momentos de lucha defensiva arriba que recordaban a épocas mejores, esperemos queese sea el camino a seguir, pero por supuesto sin renunciar a la creación de oportunidades. No se trata de convertirse de repente en un equipo barraquero, sería tan suicida como la situación actual en la que hace tiempo que se olvidaron de defender. La cuestión es recobrar el equilibrio en el equipo. Que sea en Riazor.

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