Las sombras de la democratización del club

Toni Griñon, en Che digital,  hace un repaso por la intención democratizadora del VCF que la Fundación afirma estar llevando a cabo. Al respecto de dicho tema quiero pronunciarme sobre algunos aspectos que dan que pensar:

Una vez consumada la compra de la totalidad de acciones que el VCF ponía a la venta en la segunda fase de la ampliación de capital y que recordemos ha adquirido en su totalidad la Fundación del Valencia CF con un crédito de 74 millones de euros, concedido por Bancaja y avalado por la Generalitat Valenciana que preside Francesc Camps, se pone en marcha la siguiente fase, "democratizar el club".

Las acciones que ha adquirido la Fundación, afirma Társilo Piles, se venderán en pequeños paquetes accionariales para evitar la concentración de poder que ha llevado al club a la actual situación económica.

Esta afirmación, que aparentemente puede parecer una solución que devuelva el club a los socios y que evite mandatos como el de Soler, que tanto daño han hecho, esconde varios puntos oscuros dignos de mención.

Para empezar, con la compra de las acciones por parte de la Fundación, lo que se ha hecho es evitar un posible fracaso de dicha ampliación de capital que, de no haberse completado en su totalidad, hubiese conducido a la devolución del dinero de las acciones vendidas a sus compradores y la quiebra de la etidad valencianista.

Pero digamos que la intención de Manuel Llorente, Társilo Piles (recientemente nombrado presidente de la Fundación del VCF y amigo íntimo de Juan Soler) y del grupo Savia nueva, es democratizar el club tal y como afirman y evitar una concentración de poder que impida al club evolucionar por los cauces deseables. Lo que no pueden evitar es que una sociedad anónima funcione como tal, y me explico:

La fundación compra todas las acciones y se compromete a venderlas en paquetes pequeños para democratizar el club. Como no pueden evitar que posteriormente aparezca algún millonario con delirios de grandeza, la Fundación se guarda el derecho a tanteo sobre la posterior venta de dichas acciones. Lo cual significa ni más ni menos que, en el caso de que alguien lance una OPA y ofrezca una cantidad por dichas acciones, la Fundación tendrá derecho a recomprar dichas acciones al mismo precio que haya marcado el primer comprador.

Ello supone que si mañana llega un nuevo Soler y ofrece 1.000 euros por las acción (recordemos que el aficionado acaba de comprarlas a a 50 euros la unidad), para evitar que ello suceda de nuevo, la Fundación deberá abonar los 1.000 euros por acción y poder así evitar un nuevo periodo de concentración accionarial. Posteriormene, la Fundación venderá de nuevo esas acciones en paquetes pequeños para el club siga en la situación anterior sin que exista nunca un accionista que lo controle todo.

Llegados a este punto, uno se plantea si están de broma o si de verdad son tan tontos como parece.

¿De donde sacará la Fundación el dinero para afrontar la compra de acciones a un precio infinitamente superior al actual?

• ¿avalará de nuevo la Generalitat para realizar dicha recompra de acciones? que me lo expliquen.
• Y una vez la Fundación las haya comprado, ¿las venderán a 50 euros o al precio de recompra?
• ¿Cuantas veces harán uso de dicho poder de recompra y hasta que precio están dispuestos a llegar?

Querer democratizar el Valencia CF es algo muy deseable pero más utópico que ver a Juan Soler vestir una talla 38. Y es que no hay que olvidar que en las sociedades anónimas, como en tantas cosas, la democracia se arrodilla ante el capital, pero además, presuponer que la gente que dirije o dirija la Fundación tiene y tendrá permanentemente la voluntad de servir al club y no servirse de él, es presuponer mucho.

Las acciones en manos de la Fundación pueden ser un caramelo muy goloso para que algún desaprensivo las utilice en beneficio propio, o de algún amigo íntimo en la sombra. ¿No os mosquea que haya sido precisamente Társilo Piles el nuevo presidente de la Fundación?. Habrá que preguntarle a más de uno por muchas de las sombras que planean sobre esta ampliación de capital.

Yo lo único que sé es que, a día de hoy, el plan de viabilidad de Javier Gómez ha supuesto que el Valencia pase de deber 260 millones a Bancaja a deberle 334. A ello hay que sumarle otros 50 millones que un empresario castellonense le prestó al Valencia CF y que al frente de la Fundación, para que garantice la democratización del club, se ha colocado a Társilo Piles, hombre de confianza de Juan Soler, que curiosamente está en contra de todo este proceso. Eso si que es sanear un club y demostrar claridad y transparencia.

Aquí hay muchas cosas que siguen oliendo mal y parece que nadie quiere hablar de ello.