La sequía goleadora de David Villa

Villa no marcó en Chapin

David Villa es un jugador al que nadie le discute su calidad técnica y su instinto asesino, es un jugador instalado entre los mejores delanteros del mundo en un equipo que, desde hace algunos años, ha dejado de codearse con los más grandes, con lo que ello supone. El guaje es un tipo de los que el Valencia tiene cada dos o tres décadas, un Kempes, un Mundo, un piojo; es un privilegio contar con un jugador como el asturiano en una época tan dificl como la que el Valencia CF está atravesando.

Pero hay gente que no es capaz de entender la dimensión de un jugador como villa, empezando por el propio consejo de administración que no es capaz de hacer un icono mundial de uno de los mejores jugadores del mundo y rentabilizarlo económicamente de acuerdo a su potencial.

Pero hoy me estoy refiriendo a otra gente, a los aficionados y a la prensa que esperan a que el guaje realice una actuación a un nivel algo inferior a lo habitual en él, para sacar los cuchillos y pintarse la cara en son de guerra.

Villa no ha marcado en los tres últimos partidos de liga y parece que lleve dos años sin marcar, tal vez no se den cuenta del daño que hacen con sus comentarios, pero cuestionar a un tipo que ha roto todas las marcas históricas de nuestro club, me parece simplemente aberrante. Tal vez los que cuestionan a Villa son los que no han visto un partido de fútbol en su vida, o puede que sean los que aburridos ante la pantalla del ordenador de su redacción de deportes no sepan vender si no es escribiendo noticias negativas; a estos últimos les recomiendo que cuenten lo que de verdad ocurre con del Horno o las razones por las que el Pipo Baraja ya no juega ni un solo minuto, si no lo saben, tal vez deberían dedicarse a otra cosa y dejar de infectar.

El guaje marcará cuando tenga que marcar, todos sabemos como son las rachas de los killers, y cuando enganche otra racha de diez goles en diez partidos, veremos donde están los que gratuítamente se dedican a manchar la imagen del asturiano.
A estas alturas, dudar de la profesionalidad de Villa es simplemente hacer amarillismo y de eso sobra en este país.