Noche caótica en el Calderón

A pesar de encajar cuatro goles, Cesar tuvo una actuación magistral

4 - Atlético de Madrid: De Gea; Valera, Perea, Ujfalusi, Antonio López; Reyes, Tiago, Assuncao (Raúl García, m. 86), Simao (Salvio, m. 88); Forlán y 'Kun' Agüero (Jurado, m. 79).
1 - Valencia: César; Miguel, Marchena, Dealbert, Alexis; Banega, Fernandes; Joaquín (Pablo Hernández, m. 57), Silva, Mata (Maduro, m. 33); y Villa (Domínguez, m. 70).

Visitar el Calderón es sinónimo de locura, raramente un partido transcurre en ese estadio por los cauces normales, si a ello le sumamos que el referee de turno es Pérez Borrull, la locura está garantizada.

No diré que Pérez Borrull perjudicó al Valencia porque no es cierto, este hombre perjudica al fútbol, no de hoy, desde hace años. Sin criterio, cobarde, falto de vista y de personalidad, agresivo en su relación con los futbolistas, pretende ser en cada partido la única estrella del show.

Pero actuación arbitral al margen, el entrenador valencianista se equivocó de inicio, al menos esa fue mi impresión al ver la alineación de partida. No entendí la razón de la titularidad de Fernandes y de Mata (exhausto) y mucho menos la suplencia de Pablo Hernández, un jugador que llegaba a la cita de hoy plétorico tras sus dos goles ante el Brujas.

El Valencia saltó al Calderón timorato, cediendo la iniciativa a los rojiblancos pero sin la capacidad de montar rápidos contragolpes que les caracteriza. A pesar de adelantarse en el marcador en una contra (de las escasisimas del partido) por mediación de Silva que culminó una buena jugada de Joaquín, el quipo nunca dio sensación de ser mejor que el Atletico de Madrid. La jugada del gol valencianista venía precedida de un claro penalti de Banega sobre Reyes que Pérez Borrull no vio.

Pérez Borrull debería dedicarse a otra cosa. Destroza encuentro tras encuentro

Esa fatídica jugada marcó todo el partido. A pesar de haber beneficiado al Valencia, esto acabaría por perjudicarle. El árbitro intuyó que había beneficiado a los de Unai y a partir de ese momento su actitud se volvió prepotente e implacable contra los valencianistas, no es cuestión de analizar si perjudicó al equipo ché en cuanto al resultado final se refiere, ya he indicado que el Valencia perdió el partido por méritos propios, pero la actitud chulesca de este árbitro resultó indignante. La expulsión de Marchena y el consecuente penalti solo pusieron de manifiesto que la ventaja adquirida hasta entonces por el equipo ché no había sido más que un espejismo.

Con diez el Valencia lo intentó y en alguna ocasión incluso pudo haberse adelantado por segunda vez en el marcador, pero  sus intentonas correspondían más a un intento de llevarse el partido a la heróica que a argumentos futbolísticos de peso.

La segunda parte no existió, el At de Madrid fue muy superior y Unai, una vez más se equivocaba al sustituir a Joaquín por Pablo, en ese momento era el centro del campo el que pedía a gritos un jugador de refresco. Con el equipo valencianista desarbolado,  Pérez Borrull no se conformó con ser el protagonista del partido, al parecer se había propuesto ser el protagonista de la jornada dominical. Expulsó a Miguel por roja directa en una jugada que de ninguna de las maneras debió tener castigo tan cruel. El Valencia acabó convertido en un juguete en manos del equipo colchonero y solamente la expléndida actuación de Cesar evitó una g oleada mayor.

Unai deberá hacer trabajos de ingeniería para lograr construir una defensa de garantías para la próxima jornada. No solo se ha perdido con estrepito el partido del Calderón sino que se han sentado las bases de una nueva derrota el próximo lunes en Mestalla. Habrá que trabajar mucho durante la semana para recuperar anímicamente a un equipo que se enfrentará al Racing con siete bajas.