Fútbol adulterado

La doble vara de medir de los distintos comités de competición, disciplina deportiva, etc. se está haciendo, en esta temporada más evidente que nunca. Con el beneplacito de la prensa cavernaria se aplican  sanciones injustas a equipos menores y se aplica una permisividad inexplicable con los grandes.

Pero no solo en las sanciones a jugadores se está adurlterando la competición. El distinto trato a unos y otros clubs se hace evidente en otras cuestiones como la que hoy nos ocupa.

El partido de la semifinal de Copa del Rey que enfrentó a Sevilla y Real Madrid, terminó con un gol que debió subir al marcador y que no subió -Aún estoy esperando a que Mourinho salga en rueda de prensa con un folio enumerando las ayudas arbitrales que ha recibido su equipo- y con el lanzamiento de dos botellas, una de las cuales impactó en la cabeza de Iker Casillas que, durante unos segundos, quedo tendido sobre el césped del Pizjuan.

Curiosamente, ante tal agresión nadie pidió el cierre del estadio, es más, la campaña para evitar dicha sanción comenzó con declaraciones del propio Iker que, haciendo gala de una cordura que no suelen demostrar los dirigentes, hablaba de que esto es cosa de un imbecil que no debe pagar toda una afición.

Puede parecer lógico que se pida la detención del energúmeno agresor y como mucho, se le aplique una multa económica al club, y que en ningún caso, se prive al resto de la afición de un espectáculo que pagan y del cual solo quieren disfrutar.

Lo curioso del tema es que, en esta ocasión toda la prensa cavernaria ha secundado esta campaña contra el cierre del Sánzhez Pizjuan, la misma prensa que en su día clamó en favor del cierre de Mestalla por el lanzamiento de una moneda que impactó en el asistente del árbitro de la eliminatoria de copa (temporada 2006) que  enfrentaba a los de Mestalla con el Deportivo.

En aquella ocasión se tachó a la afición valencianista de violenta. Consiguieron que se cerrase el estadio y que el partido se reanudase sin público. En la reanudación se completó el atraco arbitral que acabó con la eliminación injusta del Valencia que aplaudieron desde todos los medios mesetarios.

En aquella ocasión, como en esta, se trató de un hecho aislado y no de un comportamiento incívico de una afición; para más inri, posteriormente se comprobó que el aficionado que lanzó la famosa moneda era un seguidor del Deportivo, pero las cosecuéncias, gravísimas, las pagó el Valencia. La afición Valencianista fue privada de ver un espectáculo por el que había pagado, por culpa de un energúmeno.

Pero, ¿por qué ésta diferencia de trato?. Habría que preguntarle a la prensa mesetaria y al propio Real Madrid si tiene algo que ver con un intento por hacer cambiar de opinión a Del Nido en la cuestión del reparto del pastel televisivo o si a cambio de tanta comprensión y benevolencia se busca una rebaja en el precio de futuros fichajes del Madrid, que puede pescar en aguas del Nervión.

Sea como fuere, una vez más, queda en evidencia que las bajo el mandato de Villar, las competiciones se manipulan y adulteran en función de los intereses marcados. El colectivo arbitral y los distintos comités simplemente aplican las directrices de sus superiores que son los auténticos manipuladores de las competiciones.