La sanción de Ever Banega

El último affaire de Ever Banega fotografiándose con la camiseta del Real Madrid sigue dando que hablar. El silencio del presidente y del cuerpo técnico no hace más que enervar, más aún, a una afición que ya se ha cansado de que jugadores como el argentino ensucien pública y reiteradamente el nombre del Valencia Club de Fútbol. 

Este ha sido el verano de la limpieza. Manuel Fernandes, Nacho Gonzalez, Navarro, S. Sunday, Aaron Ñiguez, Vicente Rodriguez, Joaquín Sánchez, César, Moyá, Michel, Stankevicius, Isco y del Horno han causado baja en el club en el presente verano. Cuesta creer que no se haya podido encontrar salida a dos jugadores como Banega y Miguel que han sido los causantes de muchas de las indiciplinas del equipo. 

No es de recibo que el club guarde silencio. No se entiende que Llorente calle, que espere a que Banega llegue a Valencia el próximo viernes. El club ha hablado con el jugador y por tanto conoce su versión. Se puede actuar, es más, se debe actuar de forma rápida y contundente. Cada minuto de silencio por parte del club es un minuto de desprestigio más. El mundo del fútbol se ríe de esta entidad porque  se permite que sus jugadores lo hagan sin que sufran consecuencias. 

Mi postura es clara. Banega no ha querido jugar jamás en este equipo y menos aún lo va a hacer ahora. Si el club no es capaz de traspasarlo debe dejarle todo el año sin ficha. Si quiere vestir la camiseta del Madrid, que lo haga. La del Valencia ya la ha manchado en demasiadas ocasiones. Parejo y Tino pueden cubrir su trabajo, no le necesitamos, no ha marcado nunca la diferencia y no lo va a hacer así que ya es hora de que se sancione de forma ejemplar. La grada debe ser el lugar de Banega. Obligado a ver al equipo que le paga desde el palco, cada domingo, vestido de calle, hasta que llegue con una oferta. 

El tiempo de burlas debe llegar a su fin. Llorente debe actuar, si no lo hace de forma contundente que nadie se extrañe si durante la temporada el vestuario se rebela y Unai perde el control. La manzana podrida debe abandonar el cesto. Se acabaron los videos en internet, se acabaron las borracheras al volante, los excesos en la alimentación basura, se acabaron los desplantes al entrenador cuando le retira del campo durante el transcurso del juego, se acabaron las borracheras nocturnas y los vómitos en los entrenamientos. Banega no debe volver  a vestir la camiseta del Valencia. Si lo hace estarán entregando la cabeza del entrenador al vestuario. Y aún no llegó el mes de agosto. 

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