El Valencia puede volver a jugar una final después de cuatro temporadas
Estamos por tanto ante una oportunidad histórica. Tras la travesía en desierto en la que el club, gracias a la mala gestión de Soler, vendió a sus estrellas y tras varias temporadas en las que el conformismo, la economía de guerra y una plantilla limitada, han hecho que el equipo doblase la rodilla cada vez que se enfrentaba a un reto importante. Es eso precisamente lo que ha hecho que, a pesar de que el entrenador cada año ha clasificado al equipo en puestos champions, la afición nunca haya terminado de estar satisfecha con el rendimiento del equipo ni con su entrenador.
Falta dar un paso. Un paso para volver a creer en las propias posibilidades, para que los jugadores se despojen de ese victimismo que al tiempo que les maniata, les sirve de excusa, de cobijo ante las continuas embestidas sufridas en las grandes plazas.
Falta vencer en el estadio más complicado, ante el equipo más laureado de los últimos años, ante el todopoderoso Fc Barcelona de Pep Guardiola. El empate a un gol de la ida obliga a salir a por todas, no estamos ante el partido de vuelta de una semifinal, se trata de una auténtica final, la primera en varios años.
La plantilla valencianista es mucho más inexperta en estas lides que la de Pep, de eso no hay duda. Sin embargo, el equipo che debe apelar al hambre de triunfo. Los de la ciudad condal están acostumbrados a ganar títulos, lo de Unai deben aprender a hacerlo y nada mejor que el hambre de triunfo y el entusiasmo para suplir las carencias propias y hurgas en las del rival. Que también las tiene.
Esta vez no hay excusa, no sirve aquella manida frase de "lo dimos todo pero no pudo ser". Es posible lograr la gesta y hay que hacerlo. Los Ramí, Alves, Victor Ruíz, Piatti, Jonas o el propio Soldado tienen ante si la oportunidad de crecer como futbolistas, de apuntarse una victoria que quedará grabada en la retina del aficionado valencianista y que debe ser la antesala de la otra final, la que les llevará a alzar la copa cuatro temporadas después.
No importa si son mayoría o no los aficionados que creen en la Copa, lo importante es que Unai, la plantilla, estén convencidos de que pueden hacerlo y salgan al Nou Camp como un equipo grande, a tumbar al campeón, a recuperar un pedacito de la credibilidad perdida en los últimos años. Ganar al Barça es tarea muy complicada, pero es posible. La final está al alcance de la mano, hay que salir a por ella.
Los que hemos visto a este equipo destrozar a grandes de Europa con ese hambre de títulos sabemos que es posible. Falta creérselo, luchar con todo y no cesar en el empeño de lograrlo. Unai y su plantilla tienen una oportunidad única para ganarse a la afición dormida.
ResponderEliminarSaludos Valencianistas y Amunt!
Como bien dices, algunos de nosotros hemos tenido la suerte de disfrutar de un Valencia que trituraba a sus rivales. Va siendo hora de que nuestros valencianistas más pequeños también sepan lo que es disfrutar con su equipo y lo que es más importante, que vuelvan los tiempos en que los niños querían ser del Valencia CF
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