El partidazo que el Valencia se marcó el pasado sábado ante el Málaga ha reactivado las esperanzas del valencianismo que, por fin, vivió una noche de felicidad completa en su propio estadio.
Los cinco minutos de éxtasis echaron por tierra las esperanzas del equipo andaluz, devolvieron el gol average a las tablas y la fe en la champions a un equipo que consiguió dejar a un lado los problemas sociales y demostrar que, cuando quieren, pueden.
Pero la noche dejó algo más que una goleada para el recuerdo. El regreso de la mejor versión de algunos jugadores importantisimos para el equipo fue una de las notas destacadas. El recital de Banega y parejo puso en jaque al equipo malacitano. La ovación cerrada que Mestalla le dedicó a David Albelda lo dice todo, el de la Pobla Llarga marcó la línea que se convirtió en un muro inexpugnable para los rivales.
Sin duda, la aportación de estos tres hombres fue tremendamente importante para que el juego cayese del lado blanquinegro, pero el Valencia tuvo algo más, algo que veníamos echando en falta desde hace mucho tiempo, el gol en los hombres de segunda línea.
Los goles de Canales, Banega y Jonas son el agua de mayo que todos reclamabamos. Los de Soldado cuentan, claro está, el ariete valencianista siempre da la cara y ante los de Pellegrini lo hizo por partida doble, pero es la aportación goleadora de jugadores como Feghouli, Canales, Banega, Tino Costa o el propio Jonas que ha entrado en una dinámica positiva y que anota con mayor facilidad.
Queda un suspiro para que la temporada llegue a su fin y es ahora, cuando aparecen estos hombres, el momento crucial, cuando más se les necesita. Bienvenida sea su aportación, la cuarta posición les espera.
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