Algo esta cambiando en el Valencia CF

Con la clasificación para la champions league en el aire, a falta de dos jornadas para la conclusión de la liga, y con el trasiego de directivos, presidentes, patronos, etc. que viene sufriendo el club, lo normal sería que la afición estuviese harta, descontenta y falta de ilusión. Los años de Llorente en la presidencia, unidos a la política de venta de jugadores estrella del equipo y la irregularidad en el juego mostrada por el mismo durante los años de Emery como entrenador, habían llevado al aficionado a desengancharse de su equipo, a ver como el club languidecía sin la posibilidad de hacer nada por salvarlo.

Pero parece que, de repente, algo está cambiando en el Valencia CF: 

El equipo no solo gana partidos sino que convence a la afición. A pesar de seguir en el quinto puesto, fuera de champions por el golaverage adverso con la Real Sociedad, el equipo lucha hasta la extenuación, lo hace con orden y con sentido y, por priimera vez desde hace mucho tiempo, se ve a una plantilla implicada y volcada con su entrenador. El pasado domingo pudimos ver como los aficionados desplazados a Getafe entonaban el "Valverde quédate", cánticos que no acostumbramos a oír por estos lares. Por lo tanto, los síntomas de que el aficionado comienza a creer en el equipo, en su juego, en su entrega y en su entrenador son más que evidentes.

Hasta no hace mucho había un buen número de  jugadores que continuamente  pensaban en marcharse del club o, en otros casos, vivían más las noches de Valencia que los días de Paterna. Con la llegada de Valverde parece que el equipo se ha estabilizado y no solo llegan los resultados sino que ha sido capaz de implicar a jugadores a los que sábamos por perdidos. Algunos de ellos son los que están tirando del carro en esta segunda mitad de temporada. Hoy mismo ha sido Mathieu quien ha expresado su deseo de continuar en el club.

En el plano institucional, la irrupción de Amadeo Salvo parece que ha aportado una credibilidad al futuro del club de la que carecía hasta ayer mismo. Con Manuel Llorente el discurso era siempre el mismo, venta de estrellas, reducción de gastos y fichajes a coste cero. El resultado lo hemos visto todos, la afición no se reconocía en el equipo y las gradas de Mestalla cada vez están más vacías.

Amadeo Salvo ha cambiado el discurso. Con su proyecto pretende vender a los jugadores con menor peso en el equipo y mantener a las estrellas. A ello hay que sumarle una inversión en fichajes de 27 millones de euros (si se hacen bien las cosas deberían salir de lo recaudado por los traspasos); Salvo pretende doblar el presupuesto de la escuela del club, con lo que en dos, tres años, según afirma, los resultados deberían verse ya en el primer equipo. Para el futuro presidente, todos los años deberían salir dos o tres jugadores con nivel para jugar en la primera división. Salvo ha vendido más ilusión en forma de mayores ingresos por patrocinios y desarrollo internacional de la marca Valencia CF.

Sin querer entrar en más detalles, lo que Salvo ha hecho es pasar de un discurso anticuado, de austeridad y devaluación de la plantilla a otro de modernización de las estructuras, venta de la marca a nivel mundial, cantera de primer nivel y fichaje de estrellas que le den un plus de calidad al equipo.

Puede que todo sea humo, puede que no. Solo el tiempo dirá si Salvo acabará como Roig, Soler, Soriano o  Llorente, decepcionando a una adición con ganas de entregarse a su equipo, o por el contrario, será capaz de modernizar un club histórico como el Valencia y situarlo en el lugar que le corresponde, entre los grandes de España y de Europa, con cuentas saneadas y compitiendo por conseguir títulos.

Hay que darle tiempo al proyecto, pero habrá que estar muy pendientes de todos los movimientos. Por el momento la prioridad sigue siendo la misma, resolver el tema de la venta del viejo Mestalla y finalizar la construcción del nuevo estadio. Sin estas dos premisas, el resto de proyectos están abocados al fracaso.