La rebelión de Amadeo Salvo

Amadeo Salvo compareció ante 7000 abonados y accionistas 

Por Paco Salido
Amadeo Salvo encabezó la rebelión del Valencianismo contra Bankia, una entidad que no ha ofrecido garantía alguna de estar llevando el proceso del venta del VCF con transparencia y equidad. El presidente del Valencia tiene luz verde de los accionistas para defender los intereses del club hasta el final. 

Asamblea del VCF realizada en Mestalla el 24 de febrero de 2014

Traiciones y presiones
Ante 7000 accionistas, Amadeo Salvo explicó como se fraguó la traición de KPGM, que pasó de trabajar para el Valencia en la búsqueda de un inversor para la finalización de las obras del nuevo Mestalla, a hacerlo para Bankia en la búsqueda de un inversor para la venta del club.

También habló de las presiones, llegadas  de altas esferas, que recibió por la empresa internacional que el club había contratado para que siguiese de cerca todo el proceso de la venta y comprobase que se hacía sin irregularidades y con transparencia. Unas presiones que obligaron a la empresa a comunicarle a Amadeo Salvo que no podían continuar trabajando para el Valencia Cf.

Intoxicación y oscurantismo
Según el propio Amadeo Salvo, él no trajo a Peter Lim, fue el magnate asiático quien se puso en contacto con el VCF tras conocer que Bankia había abierto el plazo para recibir ofertas. El propio magnate se reunió con todas las partes e hizo una oferta cuando no se había abierto proceso de selección alguno, razón por la cual no volvió a presentarla ante KPMG cuando hicieron público la puesta en marcha de dicho proceso.

El proceso se ha llevado con oscurantismo, ni la Fundación ni el VCF tienen noticia alguna de cuantos candidatos han concurrido, ni las ofertas que estos han realizado, ni siquiera de donde son, continuó afirmando Salvo.

KPMG y Bankia solicitaron documentación confidencial del club para entregársela a los candidatos y al preguntar Salvo por los destinatarios de dicha documentación, se le negó el derecho a saberlo.

También desveló que  Bankia le envió un correo electrónico informándole de que en la segunda y posteriores fases de la elección del inversor, el banco podría cambiar las normas de la misma en cualquier momento y sin necesidad de dar explicación alguna al respecto.

El enfado de Amadeo Salvo quedaba resumido en la siguiente frase: "No se puede vender una institución de 95 años como si fuera una empresa de chorizos"

Ante tanta irregularidad y viendo que Bankia está intoxicando el club y que su proceso no ofrece garantías para el futuro del VCF, Amadeo Salvo ha decidio que es hora de parar este proceso. El Valencia es de sus accionistas y quien quiera comprarlo tendrá que dirigirse a la Fundación, afirmó el presidente.

La Generalitat y Montoro tampoco quedan exentos de culpa

A la Generalitat le ha mandado un mensaje claro "La Generalitat tiene la oportunidad histórica de demostrar si está con nosotros o con Madrid".  Queda claro con esta afirmación que Fabra y Ciscar no han apoyado al Valencia en este proceso de venta, algo que la afición ya intuía desde hace tiempo.

También hubo palos para el ministro Montoro a quien  instó a revisar el proceso de venta que está llevando Bankia y    a quien  preguntó por las razones para maltratar al Valencia Cf. "Montoro, averigUe qué está pasando con Bankia..." y continuó afirmando que  "El VCF a día de hoy no le debe un céntimo a hacienda y el trato que estamos recibiendo es injusto" 

¿Que sucederá a partir de ahora?

Respondiendo a la pregunta que se estaba haciendo toda la afición y que le trasladaron los accionistas allí reunidos, Amadeo Salvo afirmó que el proceso de venta del club por parte de Bankia ha finalizado. Instó a los inversores a que acudan a la Fundación, que hagan sus ofertas y que entren en un proceso transparente de elección del mejor inversor, tanto para el club como para Bankia.

Si Bankia quiere puede vender la deuda, pero la deuda sin las acciones no vale nada. Además, según el propio Salvo, Bankia tiene la posibilidad de ejecutar la prenda, esto es embargar el club, y a partir de ahí hacer lo que le de la gana con el mismo. Pero si no es así, quien tiene la potestad de decidir es el accionista del VCF, es decir, la Fundación y el pequeño accionista que tiene el 30% de las acciones.

Una vez se elija a los dos finalistas del proceso, o al mejor candidato, la decisión se trasladará para su ratificación o no a una Junta Extraordinaria de Accionistas. Así pues, el VCF se venderá mediante un proceso justo, transparente y conforme a la decisión de sus accionistas y no la del banco.

Amadeo Salvo, que se retiró ante los aplausos del público allí presente, encabeza  de este modo la rebelión del valencianismo ante Bankia, una entidad que puede notar el descontento de los valencianistas en su cuenta de resultados de los próximos meses.