Javier Tebas “este es el fin de los ultras”
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Por Paco Salido
Hoy podría hablar sobre
la derrota in extremis del VCF ante el Fcb o de la Junta de accionistas en la
que Peter Lim tomo posesión del club valencianista y de la composición del
nuevo Consejo de Administración del club, sin embargo, el cuerpo me pide hablar
de algo que, aunque a algunos no se lo parezca,
estoy convencido de que es bastante más importante aún.
Y es que los hechos acaecidos el pasado domingo, en las
inmediaciones del Calderón, entre los ultras
del Frente Atlético y los del Riazor blues, una auténtica batalla campal que
terminó con un fallecido, tienen que hacer reflexionar, de una vez por todas,
al mundo del fútbol en general.
Es evidente que, tanto
Angel María Villar como Javier Tebas tienen una gran responsabilidad al
respecto. El primero dirige una federación que no trabaja los domingos en
horario de partidos de fútbol y que se permite, 24 horas después de los hechos
del Calderón, no acudir a la reunión del Comité antiviolencia, lo mismo que Cerezo,
presidente del Atlético de Madrid. Parece ser que la cosa no
iba con ellos.
El caso de Tebas es de
estudio. Tras declarar que la liga no se siente responsable de lo ocurrido y
que esto son sucesos que se dan fuera del estadio y que, por tanto, no les
competen a ellos (hay que tener la cara dura),
realiza declaraciones, a la salida de la reunión antiviolencia, en las
que afirma que “este es el fin de los ultras” y “se va a acabar con ellos” (http://www.marca.com/2014/12/01/futbol/1417443110.html).
Es decir, reconoce que
tienen la capacidad para acabar con ellos. Es aquí donde me asaltan las dudas,
si se puede acabar con los ultras, ¿por qué no lo han hecho antes?. Parece evidente que quienes tienen capacidad
para erradicar la violencia y no lo hacen deberían dimitir ipso facto.
Pero no queda ahí la
cosa. Además de la Federación y la LFP, los clubs han sido cómplices de estos
grupos ultras durante años y les han alentado, les han regalado entradas,
subvencionado viajes e incluso prestado habitaciones dentro de los estadios en
las que se han guardado bates de béisbol, machetes y demás objetos
contundentes, así como banderas y pancartas con mensajes nazis y violentos.
Hoy he visto a la Delegada de Gobierno de la Comunidad de Madrid eludir responsabilidades, una vez más, y derivar las mismas hacia el Deportivo de la Coruña y hacia el comité antiviolencia. Está claro que con gente como la que hay al frente de estos organismos jamás se erradicará la violencia del fútbol.
Todos han permitido y/o
alentado la existencia de estos grupos violentos y lo han seguido haciendo
después de cada ocasión en la que ha habido víctimas mortales, no olvidemos que
ya son 14 los muertos que el fútbol español tiene a sus espaldas. Nadie se ha
tomado en serio la erradicación de estos grupos y por tanto, todos son
responsables.
El pasado domingo vimos
como un energúmeno lazaba en Mestalla una botella de plástico (sin tapón),
llena de agua, una botella que Salió
volando de la grada para acabar golpeando en la cabeza de Leo Messi causándole una brecha.
Evidentemente son niveles
de violencia distintos, pero todo es violencia a erradicar de los campos de
fútbol. Para aquellos que en esta acción ven un simple hecho aislado les diré
que se equivocan. Sería un hecho aislado si la primera vez que se dio un hecho
de este tipo se hubiese actuado con contundencia, sin embargo, cada cierto
tiempo vemos que, en algún campo de nuestra geografía, se producen hechos
similares con botellas, mecheros, monedas, etc.
Por tanto, hay que
decirlo bien alto y bien claro, señores violentos, grupos ultras, personas que
acuden a los estadios a lanzar objetos o a producir altercados del tipo que
sean, no van a poder entrar en los estadios y se les va a perseguir allá donde
concurran. Es hora de que los estadios se conviertan en lugares de reunión, de
disfrute, de ocio y nada más.
Es hora de que mayores y pequeños puedan acudir a
los campos sin temor a verse involucrados en algún altercado que ponga en
riesgo su integridad física, incluso su vida; es hora de que los dirigentes del
fútbol español dimitan en bloque (ministro incluido) y que ocupen sus puestos personas
con las ideas claras, que acometan la tarea de librarnos de esta gentuza de una
vez por todas.
Nos merecemos un fútbol libre de energúmenos, de asesinos. No
puede volver a ocurrir lo de siempre, que tras unos días de mucho ruido
mediático el tema quede en el olvido, a las espera de que vuelvan a producirse
hechos como el del domingo.
Por cierto, a quienes se
escudan diciendo que quien perdió la vida era un ultra que se lo buscó y por
tanto, se le resta importancia, solo quiero que reflexionen un poco. ¿Alguien
cree que si en esos momentos hubiese cruzado por allí algún inocente, en mitad
de una batalla campal de 200 locos, se habría librado de ello?.
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