Visto que al enfermo en coma los dirigentes valencianistas lo curan con mercromina y tiritas, no nos queda otra que resignarnos, aceptar que Soler y los suyos han convertido un equipo campeón en un equipo mediocre.Así pues, hay que olvidarse de Drogba, Huntelaar, Van der Vart y jugadores por el estilo. Con el actual equipo de gobierno, el Valencia club de futbol va a continuar apostando por jugadores como Arizmendi, Fernandés, Maduro y otros de similar nivel.
El problema de dichos jugadores no es la calidad, pueden jugar en el Valencia, no lo dudo. El problema es que se pagan precios de estrella por jugadores que "por H o por B " no rinden o simplemente no aportan más que los que había en su lugar. Se pagan sumas astronómicas por jugadores cuyo nivel podría asimilar algún chaval del filial.
El Valencia de la última decada se ha caracterizado por ser un conjunto en mayúsculas, un equipo fuerte, aguerrido, sin grietas, con una paciencia infinita que desquiciaba al rival y le obligaba a cometer errores.
La efectividad para convertir dichos errores en gol era lo que ponía la guinda al pastel de un equipazo que conquistó 2 ligas, una UEFA, 1 Supercopa de Europa y que alcanzó 2 finales de Champions League.
Hoy, solo queda el recuerdo de aquel conjunto. El equipo de Koeman salta al campo resquebrajado, son 11 indivduos ejerciendo cada uno por su cuenta, no hay labor de equipo porque el equipo no está trabajado, Koeman no ha sabido explotar las virtudes de éste equipo porque no ha trabajado con los jugadores.
No basta con salir a las ruedas de prensa a increpar el funcionamiento del club, el Valencia funcionaba igual de mal con Benitez y deportivamente el equipo rindió como nunca antes en la larga historia del club lo había hecho. Hay que trabajar con cada miembro de la plantilla. El Valencia de Benitez ganó la liga con Mista, Jorge Lopez y otros jugadores de un nivel similar.
Koeman ha debilitado al equipo de una forma alarmante, tanto en número de efectivos, por la exclusión no justificada de tres piezas clave, como tácticamente , provocando un desconcierto táctico que desde la segunda etapa de Ranieri no habíamos vuelto a ver.
El equipo no tiene trabajado el aspecto físisco, los jugadores por momentos se hunden en el transcurso de los encuentros, lo de Miguel y Helguera clama al cielo. Tampoco están trabajadas las situaciones a balón parado, ni en defensa (un coladero), ni en ataque. Es muy triste ver como una tras otro, los libres indirectos son muestras patéticas de improvisación y desconcierto che.
En cuanto al tema institucional, Soler sigue con la suya, colocó a un esbirro en la presidencia para que recibiese los naranjazos, al ver que Morera comenzaba a colaborar con Salom el "fill de Batistet" se asustó y por eso coloca un controlador entre ambos (Jesús Wolstein), demostrando que no se fía ni de sus amigos. Le importa más el poder sentarse en el palco de autoridades el día de la final, que la suerte que pueda correr el equipo.
De seguir así pronto dirigirá un equipo de segunda a través de su teléfono móvil particular. Le propongo que se compre una Play Station, es más barato y menos perjudicial
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