Hoy la roja comenzará a caminar en breves horas. Como siempre entre dudas. Pero las dudas responden más al disgusto de la prensa madrileña por la no convocatoria de Raúl (ejercicio obligatorio para trabajar en los medios de Madrid) y la insistencia por borrar del mapa a Villa (hasta que fiche por el Madrid, entonces se convertirá en ídolo e indiscutible de la selección) y la no menos insistente de querer borrar a Marchena del mapa; como decía, responden más a lo anteriormente mencionado que a la realidad de las estadísticas del equipo español.
Entre tantas "dudas", España se presenta con una racha de 14 victorias y 2 empates y con tan solo 2 goles encajados en los últimos 10 partidos, lo que da la medida de la objetividad de los medios de la capital al echar pestes de la defensa español.
Entre las obsesiones de la prensa está la de insistir en un centro del campo integrado por 4 jugadores técnicos. A pesar de la lección táctica que Francia infringió a la roja en el último mundial, en el que España fue incapaz de robar el balón por tener a Albelda en el banquillo, hoy insisten y presionan para que Senna no este en el once.
Yo nunca simpatice con Aragonés, ahora tampoco, pero el viejo ha entendido que esta es su última oportunidad y por ello parece haberse centrado en obtener un once efectivo. Para que ello se plasme sobre el campo, Senna debe estar en el once, es el único que puede contener en la línea de medios, el único con capacidad para robar el balón.
Marchena atrás da la seguridad necesaria, se asociará a Puyol porque tiene más galones que Albiol, aunque este último este mostrando mucha más seguridad defensiva y mejor trato del balón que el catalán (no atraviesa su mejor momento).
La magia de Silva se prevé fundamental e imprescindible en el buen hacer de España. Su calidad técnica, su facilidad de desborde y de pases en profundidad se hacen necesarios para romper la monotonía del toque horizontal que puede llegar a desesperar a los mas pacientes.
En esa situación Torres se siente incomodo, le falta espacio y no es capaz de resolverlo por de su falta de calidad para desenvolverse en los espacios reducidos. Por ello, la figura de Villa es imprescindible. El guaje es el artillero de España, lo demuestra cada vez que pisa el cesped y si Aragonés no comete el error de alejarle del área, Villa puede destaparse como el gran goleador del campeonato. El camino de España dependerá en gran medida del acierto del Guaje, el camino del guaje de la capacidad de aguante de Aragonés ante la presión de la meseta.
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