Frío y nieve
El Valencia ya está en tierras ucranianas en donde deberá lidiar con un equipo bronco, el Dinamo de Kiev y con la climatología; parece ser que el partido se jugará con nieve y con temperaturas bajo cero. Pero no es el único obstáculo que los valencianistas deberán superar hoy.
El cuadro ché tiene en sí mismo a su mayor amenaza, su enemigo más peligroso. En Kiev, Unai intentará, por enésima vez, terminar el partido con la puerta a cero y para ello parece decidido a cambiar el dibujo táctico, a juntar más las líneas y a que todo el equipo se sacrifíque más en el trabajo defensivo.
Cortar la hemorragia
A priori parece una labor no tan complicada, al fin y al cabo es lo que todos los equipos pequeños suelen hacer, cerrarse atrás y esperar su oprtunidad. Con el veneno que este equipo tiene en la parte de arriba... seguro que alguna oportunidad se transforma en gol y regresan a casa con la eliminatoria encarrilada. Pero el Valencia no es un equipo pequeño, tampoco es ya un grande, simplemente es un equipo descorazonado que hace tiempo que perdió el rumbo y la autoconfianza, un equipo que se teme más a si mismo que a sus rivales, un equipo que necesita un revulsivo para volver a creer. Por eso, la a-priori, fácil tarea puede convertirse en una odisea, una vez más.
El revulsivo
Puede que algunos piensen que el revulsivo se llame "euros", pero siendo sincero no creo que si los jugadores cobrasen pudise cambiar la imagen del equipo de forma espontánea. El problema es más grave que eso, el equipo está falto de confianza porque ni su entrenador no su presidente están cumpliendo con las espectativas creadas a principio de temporada. Tal vez si Unai cambiase el discurso y comenzase a alinear a quienes más trabajan en los entrenamientos, tal vez si los once intocables se sintiesen más cuestionados, tal vez si el presidente aportase alguna solución de futuro (real y palpable)...
El último tren
El de Kiev es el último tren de los ché. Apeádos de la copa y a 20 puntos del Barça en liga, la UEFA es la última oprtunidad de hacer algo importante en la presente campaña. Unai lo sabe y por eso intentará cerrar las líneas, Estambul es la última estación se un viaje que puede traer muchas alegrías, pero solo si se llega a su destino final, de lo contrario, solo servirá para que se ahonde un poquito más en la alarmante crisis que vive el club.
Suerte a los jugadores y esperemos que esta tarde no se bajen del tren. Tal vez el destino aún quede léjos, pero que nadie lo dude, este es su último tren.
Con sinceridad a mí este partido no me interesa de a priori lo más mínimo. Sólo me interesará si se hace el ridículo y será por ver las reacciones de los medios y la afición.
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