Se consuma la farsa en el consejo del Valencia CF

Se consumó la acción de cambio de poderes en el seno del Valencia CF. Trás varias horas de reunión del consejo, se acordó aceptar la dimisión de Zorío y dejar sin firma a Vicente Soriano. El presidente acepta las condiciones que Juan Soler le impone y sigue en la presidencia del club del mismo modo que en su día lo hizo Agustín Morera, es decir, sin poder ejecutivo alguno. Eso sí, Soriano afirmó públicamente que Soler no tiene nada que veren esto (era condición imprescindible hacer esta afirmación para poder seguir en el cargo)

Fernando Gómez y Javier Gómez son los dos hombres fuertes del club, siempre bajo la supervisión del eterno Juan Soler que sigue dirigiendo en la sombra. Este nuevo golpe de mano de Juan Soler viene respaldado y promovido por la dirección del Partido Popular y en consecuencia por la dirección de Bancaja que será a partir de ahora quien adopte medidas económicas para dar una salida a la situación económica del club.

Pero que nadie se equivoque, aquí los objetivos están muy claros, por un lado Juan Soler quedará liberado de los pagares y será el club quien afronte los pagos a través de una serie de refinanciaciones y ampliaciones de créditos que no son más que alargar la agonía económica del club. Por otra parte, Bancaja se asegurará el cobro de la deuda de casi 250 millones de euros, no se descarta que para ello acabe por quedarse con el solar de Mestalla, eso sí, por un precio muy inferior al que el club tenía previsto venderlo.

A partir de ahora cambia la política del club. Pagar a los acreedores aumentando la deuda y vender a las estrellas Silva y Villa para hacer caja y reducir los gastos en salarios son los objetivos de los Gómez. Se descapitaliza al club, se reduce el nivel de la plantilla y en consecuencia se renuncia al objetivo de estar en champions. Por tanto, los nuevos hombres fuertes del club nos llevan directos a la segunda división europea y a una travesía por el desierto que nadie sabe cuando finalizará.

Todo esto será así a no ser que Juan Soler consiga vender sus acciones y los nuevos propietarios cambien el rumbo del club. Ojala lo consiguiese Soler, solo por perderle de vista me alegraría de que lograse vender las acciones e incluso sacase beneficio de ello. Aunque siendo sincero, mucho me temo que no será así y tendremos que seguir aguantando sus caprichos y sufriendo sus despropósitos. Sin duda, el Valencia hoy se ha hecho más pequeño aún.

En toda esta farsa, la actuación más vergonzosa con diferencia ha sido la de Vicente Soriano que no se ha conformado con afirmar que Soler no tenía nada que ver en ésto sino que ha tenido la desvergüenza de afirmar que nunca será un presidente florero y que el acceso al cargo de consejero delegado de Javier Gómez, ha sido a propuesta suya. No se puede tener la cara más dura.

Por eso, hoy es un día triste y la afición debe saber que hasta este momento el Valencia estaba en venta, pero que a partir de hoy, se ha colgado el cartel de liquidación de existencias.

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