La hipocresía del diario Marca

La paciencia, cuando se habla de fútbol español, es un adjetivo que casi ha quedado en desuso. Es habitual ver como cada temporada, al llegar las vacaciones navideñas, son varios los equipos que han destituido a sus entrenadores, a estadios enteros abuchear  a sus equipos tras un par de derrotas consecutivas. cada día con más frecuencia.

Uno de los ejémplos de afición impaciente es el que, según la prensa nacional, representa el valencianismo. En repetidas ocasiones se ha tildado a la afición ché de excesivamente exigente, de no dar oportunidades a sus entrenadores, de silbar a su equipo cuando lo hace mal...

Puede que quienes hacen estas acusaciones no esten muy léjos de la verdad, tal vez, lo que a la afición valencianista le ocurre es que quiere ver ganar a su equipo con mayor regularidad de lo que históricamente ha hecho. Puede que, además, los valencianistas tengan ese extraño vicio que desde la meseta parecen no compartir, me estoy refiriendo a querer que su equipo gane jugando un fútbol de calidad y las victorias a cualquier precio acaban por aburrir a los que pueblan las gradas de Mestalla.

Es posible que el valencianismo fuese injusto con un Hector Cuper que, a pesar de aburrir a los muertos, llevó al equipo a dos finales consecutivas de champions league. Quizá el público valencianista debió tener más paciencia con Kempes o con el propio Benitez a quien en su primera temporada se le dedicó musica de viento en más de una ocasión. Acepto que en la capital del Turia, el ansia por ver buen fútbol nos ha llevado a olvidarnos de que un entrenador necesita su tiempo para sacar fruto de un grupo de juguadores, algo que no siempre resulta fácil de lograr.

Lo irónico es que  aquellos que acusan a la afición valencianista de impaciente son los mismos que el domingo por la noche, tras vences al Sevilla en el descuento,  proclamaban anticipadamente campeón de liga al Real Madrid y elevaban a la categoría de divino a su entrenador y tres días más tarde, tras la eliminación en champions, piden su cabeza con titulares en primera página y sin ningún rubor. "Adios champions, adios Pellegrini", más gráficos imposible.

Acepto que en Valencia somos exigentes con nuestros jugadores, con nuestros entrenadores, pero dejen que seamos nosotros quienes nos encarguemos de lo nuestro y ustedes, señores de Marca, haganse mirar lo suyo, porque una cosa es la impaciencia y otra navegar en la incoherencia y en la permanente hipocresía. Sigan ustedes sirviendo y protegiendo a su amo y señor, pero por favor, dejen de dar lecciones a diestro y siniestro.

Por cierto, pase lo que pase esta noche ante el Werder, yo ya me he comido mi ración de lyonesas. Por si acaso.