Con los últimos coletazos de la temporada, llegan las celebraciones de los vencedores, los lamentos de los que no han cumplido y como no, las despedidas.
Es el caso de Rubén Baraja, un tipo que ha dado lo mejor de sí mismo a un club y a una afición que, por esos misterios de la vida, creo que nunca ha valorado la auténtica dimensión de su calidad y su valía.
Rubén Baraja se va después de haber sido el cerebro del mejor Valencia de la historia. Cada trofeo cosechado en la última década lleva la firma indiscutible del Pipo, ese tipo al que parece que todo "se la chupe un huevo" pero que hasta sus últimos días en el club ha demostrado que es un profesional como pocos y que aquello de cobrar y ver el fútbol desde el banquillo no va con él.
Podrán achacarle su escasa proyección mediática, pero que quieren que les diga, futbolistas modelo abundan, lo que nos faltan son futbolistas comprometidos con su trabajo y con la calidad de un tipo que tiene el honor de pasar a la historia como uno de los mejores centrocampistas de la historia del club.
Como suele pasar en estos casos, las cosas en el club no se han gestionado de la forma más adecuada. Rubén Baraja se enteró de que el club había decidido no renovarle por unas declaraciones de Manuel Llorente a una cadena de televisión; sin duda, algo de deja a las claras lo que todos sabemos, que en el Valencia faltan personas con sentimiento valencianista y sobran estómagos agradecidos.
El domingo, ante el Tenerife, el club intentará reparar lo irreparable y le ofrecerá un homenaje más que merecido. No sé exactamente en que consistirá dicho homenaje, pero no estaría de más que se le entregase la insignia de oro y brillantes, porque si de algo estoy seguro es que el Pipo es mucho más valencianista que algunos de los que han decidido su no renovación.
Por si a alguien le quedan dudas sobre mi opinión al respecto, diré que en la posición de centrocampista creativo, Rubén con muletas distribuye más que muchos de los que este año han pasado por esa posición. Algo que debería plantearse Unai si quiere tener un equipo competitivo para la próxima temporada; eso, claro está, si es que Unai continúa en el club, que a mí aún me quedan dudas razonables.
Mucho tendrá que trabajar la secretaría técnica para encontrar a un jugador que nos haga olvidar las tardes de buen fútbol que, durante una década, nos ha brindado el Pipo.
Ya verás que que forma más diferente se despedirá al patriota
ResponderEliminarAl patriota, como tu le llamas, ya se le intentó hacer una despedida poco ortodoxa, de esas que tanto le gustaban a Soler. Solo espero que a Baraja se le haga la despedida que merece y mal que le pese a alguno, creo que Baraja y Albelda deberían seguir la temporada que viene por una razón muy sencilla, porque sigo sin ver a nadie que sobre el campo sea capaz de jugar 20 partidos seguidos a gran nivel y como la economía está como está, pues prefiero que continuen a que traigan Carletos o Renanes que a las primeras de cambio acaban cedidos.
ResponderEliminarBaraja-Albelda Yo pensaba que ese centro del campo no se acabaría nunca. Ha sido la pareja de la época dorada del València.
ResponderEliminarEs una lástima que Llorente haya decidido que ya ha llegado la hora de que Baraja no vuelva a jugar con el València. Es lo que tiene la ignorancia.
Ya pueden buscar un recambio, como bien dices, y que sea de garantia.
Sobre lo que comentas de la renovación de Unai. Yo si fuera él lo tendría claro, le diria a Llorente que se fuera a buscar amapolas al campo.
Amunt!