Los cambios de sistema de Unai

Con el permanente debate futbolístico abierto en Mestalla, se enfrenta el Valencia al Athletic de Caparros. Si en el mes de agosto el debate se centró en la conveniencia de utilizar un 4-3-3, por el que apostaba Unai; o un 4-2-3-1; lo que ahora se debate tiene un cariz algo distinto.

Unai se ha olvidado del 4-3-3, el equipo no responde a este esquema de juego, las líneas se muestran muy separadas, no se ejerce bien la presión y cada pérdida de balón supone medio gol en contra. Lo que ahora se debate es si el 4-4-2 con Aduritz y Soldado es más efectivo que el 4-2-3-1 con "chori" Dominguez o Mata en posición de mediapunta y con un solo delantero.

Por lo visto hasta el día de hoy, el Valencia parece más poderoso con los dos delanteros sobre el terreno de juego y por tanto, sería lógico  Unai optase por este sistema de juego. Pero nos encontramos con un problema. Unai planificó la temporada pensando en un único punta y por eso el Valencia solo dispone de dos delanteros, por lo que utilizarlos al mismo tiempo supone cargarlos de minutos y correr el riesgo de que en el mes de febrero o marzo, ambos estén fundidos. Y es es el motivo por el que Unai no se atreve a jugar con dos delanteros de forma permanente.

Paco Alcacer quedó fuera de los planes de Unai y la opción de Sisco es valida para el 4-2-3-1 porque el joven jugador es mediapunta y no delantero nato, con lo que, como ya aventuré a principios de pretemporada, el Valencia anda cortísimo de delanteros y Unai lo sabe.

Así que a nadie le sorprenda que la opción de ver a Aduritz y Soldado al mismo tiempo, sobre un terreno de juego, se convierta en algo puntual, cuando las necesidades obliguen o cuando la presión del entorno lo pida a gritos, pero nunca como primera opción. Unai se equivocó en verano y lo sabe, de ahí su modo de actuar.