Fichar un capitán

El pasado miércoles ante el Schalke, el capitán del Valencia CF lució en su brazo la senyera como símbolo de la capitanía de la entidad a la que representa. El caso es que la UEFA (no tiene otras cosas en que pensar) solo permite brazaletes de monocromáticos.

En este caso, el VCF decidió hacer caso omiso y a rriesgarse a pagar la pertinente multa, que solo se produce si el árbitro de turno lo refleja en el acta del partido.


Ese gesto de identidad con unos colores puede agradar al aficionado de a pie. En mi opinión solo es una chorrada más, no sé si del consejo de administración, del cuerpo técnico o una decisión personal del jugador en cuestión. Para el caso es lo mismo, un simple gesto de marketing ideológico dirigido a tu clientela.


Y digo esto porque parece que solemos quedarnos en la superficie de las cosas sin entrar a abordar los problemas en su dimensión real; mucho menos estamos acostumbrados a buscar  la etiología de los mismos para dar una solución eficaz que permita seguir el camino sin más lastres.


El problema del Valencia no reside en el brazalete de capitán, ni en si sus colores nos representan o no; el verdadero problema está en los portadores del mismo. El Valencia no tiene ni un solo capitán que actúe como tal sobre el terreno de juego. Algo que deriva en una enfermiza endeblez ante los árbitros que repercute de forma muy negativa en contra del equipo que ve como, una y otra vez, las jugadas dudosas caen del lado del rival.


Bendito el problema si se limitase a la influencia que se ejerce sobre la esfera arbitral. La mayor gravedad reside en el hecho de carecer de un lider sobre el terreno de juego que tire del mismo, que de las órdenes adecuadas y que sepa llevar al equipo adelante cuando las cosas se ponen mal. Un tipo al que el vestuario admire y respete por su comportamiento profesional y personal, tanto dentro como fuera del terreno de juego.


El Valencia carece de ese capitán que le de un grito a los laterales cuando, con el marcador a favor y la clasificación encarrilada, se empeñan en subir la banda de los alemanes y dejan desguarnecida la retaguardia, propiciando los contragolpes de un rival que en ese momento está fuera de la competición.


 El Valencia necesita un capitán que se atreva a imponer su criterio al del capitán rival cuando se dirigen al árbitro. Un tipo que de un grito les ponga a carburar , que se haga cargo de la situación y asuma el rol de lider. El Valencia carece de ese referente que durante años fueron Rubén Baraja y David Albelda y que hoy, por desgracia, no sabemos donde encontrarlo.




No queremos más jugadores normales; de esos tenemos. Necesitamos cracks y gente con mucha personalidad, contrastastada y demostrada sobre los terrenos de juego sen batallas complicadas. No necesitamos más jovenes promesas que acaben jugando en otros equipos de forma indefinida para acabar perdiéndose en el olvido sin haber pisado nunca Mestalla. Jovenes promesas tenemos en casa y ustedes no les dan cabida.


Necesitamos cracks futbolísticamente hablando, algo que no van ustedes a traer porque los que había los vendieron y sobre todo necesitamos un capitán, con rango, con mando y con personalidad. Lo que el aficionado che necesita es identificarse con un capitán que porte con todos los honores el brazalete, con senyera o sin ella; lo del brazalete solo no nos sirve. ¿Entienden lo que les digo?.

Por eso, para que no vuelvan a repetirse los errores de siempre, Saquénselo ustedes de la manga, señores consejeros del Valencia; saquénselo de la chistera o si lo prefieren de la chequera; me da igual. El Valencia necesita un capitán por encima de fichajes de medio pelo u operaciones de marketing que se quedan solo en eso.