Pagar los platos rotos

A medida que avanza la semana parece que se van calmando los ánimos en la parroquía valencianista. Las dos derrotas del Villarreal, en liga y en la Europa League (5-1) , unido a los insistentes mensajes de los medios que se empeñan convencernos de que el equipo ha hecho una excelente campaña, poco a poco van calando. El mea culpa de Emery ya lo habíamos escuchado en innumerables ocasiones, sin embargo, el hecho de que, por primera vez, exigiese responsabilidad a los que hicieron el ridículo ante el Madrid, también parece haber jugado a su favor.

Solo quedan dos días para que comprobemos si la plantilla tiene lo que llamamos "vergüenza torera". Ante  Osasuna, no queda otra que resarcirse y por mucho que, los mediocres de siempre, se empecinen en vendernos la dificultad de ganar en el Reyno de Navarra, lo cierto es que ganar a los de Mendilibar es una obligación.

Se está especulando mucho con la alineación. Al parecer habrá sacrificados por la "desfeta" de Mestalla. Se apunta a Ricardo Costa, Maduro, Mathieu, Pablo...; creo que Unai, una vez más, se equivoca. Dar descanso a los que jugaron la primera parte ante el Madrid puede ser un castigo para los profesionales que sienten el hierro pero, sin duda, es un premio para los que solo miran su conveniencia particular. No apunto a estos jugadores, tampoco  al resto de los que estuvo ante el Madrid y que jugarán en el Reyno de Navarra. Apunto al grupo en general.

Si fueron once los que hicieron el ridículo, esos mismos once deberían demostrar que fue un accidente y salir al campo a comerse a Osasuna. Un nuevo ridículo les pondría en el disparadero de forma definitiva y, a más de uno le interesa continuar en un club que le permite vivir como en ningún otro lugar logrará hacerlo jamás. Yo les castigaría a trabajar, es lo único que parece no gustarles. Yo,  repetiría once inicial. Que los platos rotos los pague quien los rompió.