De la apatia al cinismo de la burguesía valenciana

Los mismos errores, la misma indiferencia.
Ese es el resumen de la relación equipo público de Mestalla. Los de Koeman aburren a los muertos, ofrecen un espectaculo tan desesperante y descorazonador que las gradas del viejo Mestalla comienzan semi-llenas y se vacían antes del final de cada función.
Los mismos errores , una y otra vez. No hay capacidad de reacción en el equipo, mucho menos en el entrenador, el equipo es plano y el rival siempre lo aprovecha. Somos malos y el rival lo sabe.

La grada ya no protesta, simplemente se va.
La afición, contagiada por el virus de la apatía Koemaniana se limita a bostezar y a desaparecer silenciosamente en el minuto 70 de cada encuentro. Nadie se concentrará en las inmediaciones de Mestalla a reclamar la cabeza de Soler, como antaño pidieron la de Roig.

Aquellos eran otros tiempos, Paco era un tipo enervado que no dejaba indiferente a nadie, provocaba pasiones encontradas y por ello con los malos resultados, la grada exaltada se lo merendó. Soler es un tipo gris, de esos que cuando va bien sonrien y no se exaltan, saca pecho pero no mucho y cuando las cosas se complican desaparecen. Tiene adormilada a la grada, la apatía es la peor de las sensaciones y el valencianismo se ha contagiado profundamente de ella. La gente no quiere a Soler, pero tampoco le odia tanto como para mover un dedo para echarle, al fin y al cabo el valenciano siempre fue burgués, siempre creyó ser más de lo que era y así pocas revoluciones se han fraguado.

Somos la tierra del "se me´n fot" y la entidad che es claro reflejo de ello. Nos construirán el estadio, para entonces ya no hará falta, porque la afición habrá perdido la costumbre de ver al equipo desde la grada y el cemento brillará en el nuevo Mestalla.

las deudas asfixiarán hasta amenazar con la disolución del equipo y entonces la perpetua Rita, hará una de sus jugadas maestras, salvará al club y la ciudad se lo agradecerá con más votos.

La burguesía se mantiene con el intercambio mutuo de favores. con el primer Trofeo Naranja conseguido, se saludará desde el balcón del ayuntamiento a la afición, doña Barberá recibirá la dosis pactada de alabanzas y agradecimientos, si son muchos tal vez se recalifique algún que otro terreno más, todo seguirá igual.

Es fácil criticar a los de la meseta y en muchas ocasiones hasta puede llegar a ser saludable. Lo insalubre es comportarse del mismo modo y creerse mejor que ellos. El cinismo del valenciano desespera a cualquiera, también a éste que os escribe, también a éste valenciano.