Albelda y cañizares con su representante a las diéz menos diéz, el equipo técnico cinco minutos después, Angulo, Joaquin, Villa en otro grupo y así uno trás otro entraban en el juzgado de Valencia para consumar el mayor ridículo de la historia valencianista.
No hubo acuerdo antes del juicio porque no hubo intención de llegar a él. La pantomima del presidente, en un intento de lavar su imagen antes del juicio, queriendo mostrar que si no se llegaba a un acuerdo era por culpa de Albelda, resultó patética. La nota de prensa que el club hizo pública ayer lo dice todo.Se consumó un esperpento más del señor Soler. Ahora que hable la justicia, pero a todos aquellos que llaman pesetero a Albelda, que piensen como actuarían si mañana en su empresa prescinden de ellos, sin motivo aparente, sin explicación alguna y les dicen que para cobrar el finiquito deben aceptar el no trabajar en una serie de empresas impuestas por la empresa que les despide.
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