Al Collao a evitar sobresaltos

Miku puede tener una oprtunidad ante el Alcoyano

La última semana nos ha brindado varios ejemplos de lo que sucede cuando un equipo grande afronta un encuentro teóricamente fácil con relajación. La derrota del FC Barcelona ante el Rubin Kazan, el empate del propio Valencia CF ante el Slavia de Praga y la vergonzosa derrota por goleada del Real Madrid ante el Alcorcón deben servir para que hoy el Valencia salga a sentenciar sin dar concesión alguna al rival.

Unai ha dejado fuera de la convocatoria a jugadores como Mata, Pablo, Albelda, Silva y Mathieu y Marchena (por lesión)… El posible once inicial estará formado por Moyá en la portería, Miguel y del Horno en los laterales, de Albert y Navarro en el centro de la zaga, el centro del campo será para Baraja y Maduro con Joaquín y Jordi Alba de interiores; arriba estarán Michel y Zigic.

Unai, así pues, repetirá sus famosas rotaciones, algo que ante el Slavia no dio el fruto esperado y que hoy puede pasar factura de nuevo. Parece que Unai confía en el partido de vuelta, si es así, yo me pregunto por qué no opta por la solución contraria, es decir, salir con todo en el Collao, regresar con la eliminatoria resuelta y hacer experimentos en Mestalla con todo el pescado vendido. Parece ser que gusta mucho eso de dejar los deberes para el final.

Alguno de vosotros dirá con razón que el once inicial que hoy saltará sobre el césped está más que capacitado para ganar con facilidad ante un equipo de segunda B. Es cierto, por capacidad andan sobrados, como también lo estaban los once jugadores del Real Madrid que ayer acabaron humillados ante el Alcorcón. El problema de un once con nueve novedades no es de aptitud sino de actitud, de compenetración, ritmo de juego adquirido a base de minutos jugados, etc.


En mi modesta opinión, nueve cambios son demasiados, es conceder demasiada ventaja al adversario sin ningún motivo. El Valencia tiene plantilla suficiente como para introducir cuatro cambios por partido sin que el equipo se resienta y tener descansado al grueso del equipo titular. En la vuelta, si todo está sentenciado se pueden introducir más cambios, pero en el caso de que la eliminatoria siga abierta, se pueden introducir de nuevo un cambio por línea y dar descanso a cuatro jugadores distintos, es decir, de los teóricos titulares que jugaron el partido de ida.

Repartir cargas de trabajo sin romper la estructura del equipo, dar una mayor motivación a los jugadores que cuentan con menos minutos, hacerles ver que junto a los titulares también pueden ser competitivos y por supuesto, sacar la eliminatoria adelante sin sobresaltos, esos son los objetivos que bajo mi punto de vista, debería conseguir un equipo como el Valencia cuando se enfrenta a un equipo de inferior categoría.

Por el contrario, cuando los cambios que se introducen son excesivos, la falta de compenetración y de ritmo de juego hace que cada uno acabe haciendo la guerra por su cuenta. Si además al final del partido el resultado es desfavorable, lo que consigue el entrenador es que, lejos de recuperar efectivos, la distancia entre titulares y suplentes aumente y que algunos jugadores desmotivados acaben por desengancharse definitivamente del grupo.

Un dato, el Valencia nunca ganó en copa en el campo del Callao