El triangular en tierras italianas dejó, una vez más., las vergüenzas de este Valencia al descubierto. Unai, empeñado en utilizar dos sistemas que perjudican la fluidez del juego, se estrella una y otra vez contra el mismo muro.
Tanto el 4-3-3 como el 4-2-3-1 son un engaño para los ojos del espectador que, atónito asiste a un continuo cúmulo de despropósitos, un ir y venir sin sentido en el que la fluidez entre líneas brilla por su ausencia.
Unai no quiere jugar con dos puntas, se empeña en utilizar a Soldado y Aduriz por separado, pero no es ese el problema más grave. El 4-3-3 de Unai, léjos de ser un sistema ofensivo con tres puntas, se convierte en un 4-5-1 en el que el punta vive en eterna soledad, viendo como los dos extremos pelean defensivamente hasta la extenuación y cuando deben crear se hallan a varios quilómetros de las posiciones que pueden hacer daño al rival, con la consecuente ineficacia atacante que ello supone.
Topal y Albelda en un mismo once define por si mismo el miedo que Unai está demostrando a perder y ya se sabe, cuando se juega a no perder, derrota segura.
Con el 4-2-3-1 ocurre lo mismo. Los dos pivotes se convierten casi en dos centrales más, con lo que no es extraño ver posiciones defensivas en las que la línea de atras está compuesta por cinco e incluso seis hombres; defienden por acumulación y son incapaces de rectificar los graves problemas defensivos que les caracterizan.
Cuando se roba el balón, la transición se hace eterna, los balones le llegan al medio punta en cuentagotas y en zonas que poco daño pueden hacerle al rival. Es ahí donde el enganche, pongamos Feghouli, tiende a asociarse con uno de los interiores para encontrar la proximidad de algún compañero, en consecuencia, el juego recae en una sola banda y el rival encuentra gran facilidad para ejercer sus movimientos defensivos y anular las esperanzas atacantes del equipo ché. Con estas premisas, Soldado y Aduriz solo pueden esperar que se produzca un milagro que les permita abrir su cuenta goleadora.
Lento, sin ideas, mal situado sobre el terrreno de juego y previsible, así se muestra el Valencia de Unai para los rivales que comienzan a ver en los valencianistas un auténtico chollo.
A dos semanas del inicio liguero el Valencia tiene mucho trabajo que realizar, el más importante, que su entrenador se decida a jugar de forma razonable. Si algo no funciona, lo mejor es cambiar.
sólo la cara? y el culo, las piernas, brazos, cuello, espalda, etc, etc, etc
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