( VCF 1-1 Bayern) Mestalla vio a un gran Valencia

Ayer vivimos una de esas noches mágicas de champions, una de esas ocasiones en las que afición y equipo se funden en uno solo y se crecen hasta convertirse en  el club grande que todos conocimos y que, de tanto maltratarlo,  había quedado desdibujado en la mente de quienes lo sentimos dentro, casi a punto de caer en el olvido. 

Ayer, ante el Bayern de Munich, volvimos a reconocernos en las camisetas de nuestros jugadores. Guita tuvo un par de manos grandiosas, que recordaron al mejor Cañizares;  Ricardo Costa estuvo imperial, marcando la zona prohibida para los Müller, Cross y Pizarro. Ramí, contagiado por las dotes de mando de su compañero portugués, volvió a ser aquel jugador rocoso y firme que llegó a deslumbrar al aficionado che en su primera etapa en el club del Turia. 

Cissokho estuvo incansable, tapando su banda y proyectando su potencia física en ataque en innumerables ocasiones. También Banega hizo un derroche físico inmenso, acompañado por un Tino Costa que estuvo en todas partes y un Dani parejo que, hasta el momento de su lesión, supo encontrar su sitio y rayó a la altura de sus compañeros. 

El equipo saltó al campo con la idea de entregarle el balón al rival, pero defendiendo lejos del área de Guaita, para aprovechar los robos de balón y salir a la contra con velocidad. La primera media hora fue muy dura; los Schweinsteiger, Javi Martinez, Alba... presionaban cada vez que perdían el balón hasta asfixiar la salida del mismo y volver a recuperar. Fueron uno minutos de una lucha física admirable y de un posicionamiento táctico muy bien planteado por ambos entrenadores. 

Hasta que en el minuto 35 Barragán fue expulsado tras una entrada a Alaba por la que vio la roja directa. Es cierto que fue una jugada absurda, que Barragán pecó de ímpetu y le faltó madurez, es cierto que nunca debió dejar al equipo con diez, pero también lo es que se le asignó el marcaje de Ribery, que no es poca cosa, y hasta esa fatídica jugada, logró tener atado al excelente jugador francés. 

La jugada de la expulsión marcó el partido. A todos nos invadió el desánimo al ver aquella cartulina bermellona indicarle el camino del vestuario a Barragán, quizás porque llevamos demasiado tiempo viendo como el equipo se descompone en los momentos complicados. Pero esta vez fue distinto, la expulsión espoleó al equipo que comenzó a crecer sobre el terreno de juego, a mirar a los ojos a los alemanes y a tratarles de tu a tu. 

Feghouli se ocupó de cubrir el espacio dejado por Barragán y ahí comenzó la lección magistral de Soso. La banda derecha fue territorio exclusivo del francés, quien reinó en ella de forma magistral. Sosó aparecía en todas las jugadas de ataque y recuperaba terreno para cortar los ataques de los bávaros. Su omnipresencia le llevó a estar en el momento clave para rematar una internada de Soldado y marcar el primero de la noche. Sin duda, el de ayer fue el mejor partido de Sofhiane, un jugador que crece a pasos agigantados y que se ha ganado el corazón de la afición. 



Pero sería injusto dejar de mencionar la labor de otros jugadores como Andrés Guardado que trabajó a destajo en su banda e incluso logró desbordar a su par en más de una ocasión (cada vez se parece más al Guardado del Depor) o a Roberto Soldado, que se fajó con los Badstuber, Dante, Schweinsteiger y que tuvo ocasiones para claras para marcar . Ambos trabajaron de forma intensa y en ocasiones lucieron con brillantez. 

Enfrente estaba el Bayern de Munich, el subcampeón de Europa, un equipo que necesita poco o nada para marcar. Por eso, tras la entrada en el terreno de juego de hombres como Mandzukic y Mario Gómez, cuando el Valencia llevaba más de una hora con diez jugadores, provocó que los de Heynckes, heridos por el gol de Feghouli, se acercasen con mayor peligro a la puerta de Guaita. Fue Muller quien empató en una jugada a balón parado y estableció el definitivo 1-1 a falta de ocho minutos para el final. 

Sin duda, el empate fue un premio escaso para los méritos contraídos por los de Pellegrino, que rayaron a una gran altura y que, por fin, demostraron que jugando con intensidad, orden y solidaridad pueden ofrecer unas prestaciones mucho mayores de lo que hasta ahora nos han tenido acostumbrados. 

El empate coloca al Valencia como segundo de grupo, ya clasificado para los octavos de final, con el Bayern como líder. Pero lo más importante es que el Valencia anoche se reencontró consigo mismo y por ende, se reencontró con una afición que llevaba mucho tiempo esperando a su equipo. 

Enhorabuena por el partido y gracias por el espectáculo ofrecido, porque por este camino se obtiene el fruto de la victoria con mayor facilidad.  

Ficha Técnica:

1. Valencia: Guaita, Barragán, Ricardo Costa, Rami, Cissokho; Tino Costa, Parejo (Jonas, m.75), Ever Banega (Albelda, m.82), Feghouli, Guardado (Valdez, m.85) y Soldado.

1. Bayern de Múnich: Neuer, Lahm, Dante, Badstuber, Alaba; Javi Martínez, Schweinsteiger, Muller, Kroos (Shaqiri, m.66), Ribery (Mario Gómez, m.81) y Pizarro (Mandzukic, m.66).

Goles: 1-0, m.79: Feghouli. 1-1, m.82: Muller

Árbitro: Howard Webb (ING). Amonestó por el Valencia a Barragán, Guaita y Soldado, y por el Bayern a Dante y Javi Martínez. Expulsó a Barragán con roja directa (m.33).

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el Camp de Mestalla ante 35.000 espectadores.