Pero el aterrizaje de los 15 no gustó en el club. Manuel Llorente lo tomó como lo que era, una fiscalización de sus decisiones, una forma poco valiente de apartarle del cargo. Seguiría cobrando pero ya no tomaría decisiones. Llorente dimitió, no está acostumbrado a que nadie le mande, así que abandonó la presidencia del club y trasladó el balón al tejado de Varona y de Ciscar que, de tener la jugada controlada pasaron a quedarse en fuera de juego por varios metros de distancia.
A partir de este momento los hechos se precipitan. Giner ocupa el cargo de Llorente de manera testimonial, el consejo anuncia la junta extraordinaria en la que se debe elegir el nuevo consejo de administración y fija la fecha para el 4 de junio, los movimientos alrededor del club se suceden y figuras como Sesé o Fernando Gómez se posicionan, pero quien se lleva el gato al agua, aunque sea de forma efímera, es el eterno Vicente Adreu, que se sienta en el sillón presidencial hasta que se celebre la Junta extraordinaria.
Varona, en un principio deja entrever que no tiene capacidad de decisión y que todo debe ser filtrado por el "molt honorable president" había dejado claro en una de sus primeras intervenciones que el Valencia no estaba en venta y que el patronato sería el encargado de nombrar al nuevo consejo de administración del club. Pero su postura cambia, donde dije digo....
Una filtración, un globo sonda... nadie sabe muy bien como, pero el rumor se extiende, hasta el punto que los medios se hacen eco de ello: Varona puede tener previstas unas elecciones presidenciales como modo de devolver el club a sus accionistas. La postura no gusta a gran parte de los patronos y el cisma en el patronato es evidente. Algunos miembros del mismo meditan abandonar el barco.
No queda ahí la cosa. En un nuevo giro copernicano, hace unos minutos en la Cadena Ser, el propio Varona ha afirmado estar abiertos a la venta del club. La estabilidad que se le encomendó a don Federico parece algo más que una quimera. El barco navega sin rumbo y a la deriva.
La tensión afecta al plano deportivo
Si la pasada semana era el propio Valverde quien afirmaba que su renovación iba bien encaminada, en la rueda de prensa ofrecida en el día de hoy, el técnico che ha hablado de todo lo contrario. Para el txingurri, después de los acontecimientos sucedidos en los últimos días, el clima para hablar de su renovación no es el adecuado, por lo que la cuestión del técnico que entrenará la próxima temporada al VCF queda aparcada.
Valverde sabe que las negociaciones por Iago Aspas se han congelado, del mismo modo que las renovaciones de Ricardo Costa y Mathieu. Las dudas sobre el equipo del que podrá disponer y sobre la estabilidad del club a corto y medio plazo han motivado a Valverde a esperar acontecimientos.
Nadie sabe nada
Por mucho que aparezcan nombres de futuribles o posibles operaciones de renovación, entradas o salidas de jugadores, lo cierto es que, a día de hoy, nadie sabe nada. Braulio no sabe si continuara, se desconoce quien será el futuro entrenador y lo que es peor, hasta finales de junio puede que no sepamos quien dirigirá el barco del VCF, un barco que parece navegar sin rumbo y sin capitán. O cambian mucho las cosas o puede que la temporada que viene sea una de las más duras de la última década. Por el momento, esperemos que la sigan metiendo, aunque sea en el descuento, para que a la crisis social no se le una otra aún peor, la deportiva. Sea como sea, es vital entrar en champions.
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