El efecto Pizzi o el efecto gaseosa (Celta 2-1 VCF)

Rafinha fue un auténtico dolor de cabeza para la zaga che

Se las prometían muy felices quienes, tras vencer al Levante y empatar con el Atlético, pensaron que los problemas del Valencia se habían terminado con la llegada al banquillo del argentino Juan Antonio Pizzi.

El Valencia ayer mostró, una vez más, sus dos caras ante un Celta que en todo momento fue conocedor de sus propias virtudes y de los defectos del rival. Luís Enrique le ganó la partida a su amigo "el lagarto". Esperemos que la segunda mitad ofrecida en Balaidos solo haya sido un accidente y que el efecto Pizzi no se haya convertido en el temido efecto gaseosoa

 El Valencia comenzó jugando bien, con una propuesta atacante, líneas adelantadas, fútbol de toque y vertical cuando se tenía la posesión y presión arriba sobre el rival cuando la disfrutaba el contrario. Todo parecía responder al guión establecido por Pizzi antes del partido, el Valencia parecía jugar en casa y el Celta ir a remolque, pero nada era lo que parecía ser.

Se adelantó el Valencia por mediación de Parejo que, de un fuerte testarazo, adelantó al Valencia en el marcador. A partir de ese momento y hasta el final de la primera mitad, el Valencia tuvo al Celta a su merced y pudo rematar la faena pero, o no quiso o no supo. El Valencia había sido superior a los de Luís Enrique, pero las sensaciones al descanso empezaban a invitar al desaliento. Se había perdonado y ya se sabe lo que ocurre con este equipo cuando perdona, además la amarilla de Guardado había otorgado mayor facilidad a un Rafinha que comenzaba a dar muestras de su habilidad. Por ahí podía llegar el peligro.

Y así fue, se cumplieron los peores pronósticos. En la segunda parte vimos de nuevo a ese Valencia gris, que corre mal, que presiona mal, que pierde balones tontos en el centro del campo (en la primera mitad ya había perdido tres balones de forma inexplicable) y el Celta comenzó a aprovechar los errores del equipo che con la velocidad de Orellana y la clase del hijo de Mazinho, Rafinha, que desbordó por banda cuantas veces quiso.

El Celta empató con un pase del propio Rafinha al corazón del área que convirtió en gol   Charles, un jugador que no levantaba cabeza, muy criticado por su afición y a quien el Valencia rehabilitó. harles también fue el autor del segundo de los azules y el VCF hacía gala de su fama de equipo aspirina de la liga.

Con el empate Pizzi reculó. Se habían lesionado sus dos centrales, es cierto, pero se supone que el VCF tiene plantilla para superar estas adversidades y tener que cambiar su juego por una circunstancia así. No olvidemos que el Celta partía en posiciones de descenso. Personalmente creo que el cambio de Parejo, que abandonaba el terreno de juego tras una primera parte muy buena, y la salida de Javi fuego, fue un error estratégico  de consideración.

El VCF acabó de entregar la iniciativa por completo a su rival, en un intento desesperado por frenar las embestidas celtiñas y la jugada no salió bien. A pesar de ello, Feghouli primero y Canales después ,en un error descomunal, fallando a puerta vacía en el descuento, tuvieron el empate en sus botas, pero no lograron perforar la puerta del jovencisimo Yoel.

El Valencia cosechó así su primera derrota desde que llegó Pizzi al banquillo quedando así a trece puntos de la champions y, dependiendo de lo que hagan en la jornada de hoy   Villarreal y Real Sociedad la Europa league puede quedar a más de 10 puntos. Europa parece convertirse en una utopía.