En la última década hemos asistido atónitos a dos hechos que deberían dar que pensar a los dirigentes valencianistas. El Valencia CF decidió en su día ayudar a crecer a un, por aquel entonces, humilde Villareal CF.
El submarino amarillo se las veía con el resto de equipos de la segunda división, ocasión que el Valencia CF intento aprovechar para cerrar un acuerdo que beneficiase a ambos clubes. Así fue que jugadores como Palop, Arroyo, Albelda, Serer o el propio Angulo, se embarcaron en la aventura amarilla. Con el paso del tiempo el club amarillo creció, se situó entre los grandes y llegó a disputar la supremacía de la Comunidad Valenciana, al mismísimo Valencia CF, que veía atónito como el alumno superaba al profesor.
El club che dio un giro de 180 grados, comenzó a buscar un club al que ceder jugadores (puntualmente había sucedido con el Celta), se llegó a la conclusión de que el club ideal era el Getafe. Un club en segunda división, con aspiraciones de crecer, parecía el equipo ideal para foguear a las promesas valencianistas.
Los Pallardó, Pablo Hernández, Gavilán, Raúl Albiol, etc llegaron al club de la periferia madrileña. Fueron contínuas las idas y venidas de los jovenes valencianistas a tierras manchegas. El Getafe, al igual que el Villareal en su día, sio un salto de calidad, se instaló cómodamente en primera y desde su aterrizaje a la categoría de oro, fue verdugo de un Valencia que se las veía y se las deseaba cada vez que se enfrentaba al equipo azulón.
Hasta que llegó la final de Copa del presente año. Las relaciones entre ambos clubes cambiaron, el Getafe quiso plantar cara al VCF, mirarle por encima del hombro e incluso burlarse del club valencianista. Se quedó con una parte importante de las entradas que correspondían al VCF por número de socios, consiguió que la final se disputase en Madrid y en el Vicente Calderón, puso a toda España en contra del Valencia CF e intentó cambiar el día del partido del VCF ante el Racing de Santander.
No conforme con ello, pretendieron culpar al VCF por no poder alinear a Gavilán, cuando la solución era simple, pagar los 120.000 euros que el propio Getafe firmó en el acuerdo de cesión cerrado en su momento, el jugador hubiese participado líbremente en la final.
Así pues, asistimos por segunda vez a la sublevación del alumno aventajado, el Getafe intentaba mirar al Valencia CF desde arriba, desafiante y con una soberbia que obliga al equipo valenciano a reconsiderar sus relaciones con los getafenses.
Llegados a éste punto, me pregunto si la directiva che cometerá el mismo error por tercera vez, estoy casi seguro que si, visto lo visto y sabiendo quien dirije...
Por si acaso, les propongo una idea: ¿por que no buscamos un filial en el sur de Francia? la normativa europea lo permite, la liga tiene nivel, el seguimiento de los jugadores resultaría cómodo y lo más importante, ni nos disputarían puestos de Champions, ni finales de Copa. Quien deseé hacer un equipo grande que lo pague, igual que el VCF paga sus fichajes.
0 Tu comentario:
Publicar un comentario