Hace unos meses saltaba a la palestra futbolística un personaje desconocido para la mayoría de los aficionados valencianistas y muy conocido para los levantinistas. El señor Salom era presentado en público como la (pen)última novia de Soler. Ocupó la vice-presidencia deportiva, accedió al poder che en momentos de crisis e inestabilidad, se le presentó como gran negociador, persona accesible y dialogante, como un hombre de paz.
Como tal, se ofreció a negociar una salida digna con los tres jugadores, por entonces apartados por R.K. (no me atrevo a escribir su nombre al completo), todos pensaron que a pesar de su pasado levantinista podría ser el pacificador del club.
Pasaron los meses, la situación del club, no solo no mejoró, sino que se fue agravando por momentos, se ficharon dos jugadores (Maduro y Banega ) que supusieron un importante desembolso para un club que ve crecer su deuda día a día. No fue capaz de resolver el problema de los jugadores apartados, apoyó al entrenador cuando debió despedirlo, le justificó cuando fue destituido.
El señor Salom ahora se permite airear las negociaciones con Marcelino, se permite airear que la plantilla al completo está en el mercado, que Silva, Villa y Joaquín pueden salir del club...
Este señor me recuerda a aquel tipo que compró un caballo porque su vendedor le había prometido que fregaba los platos, hacía la colada y bajaba al estanco del barrio a comprarle tabaco. El comprador, después de comprobar que el caballo no sabía hacer nada de lo que le habían prometido, entró en la tienda gritando:
- ni friega platos, ni hace la colada, ni tabaco ni hostias....
El vendedor le respondió:
- Tu sigue hablando así de tu caballo y veremos quien te lo compra.
Pues eso, el señor Salóm puede seguir hablando de la plantilla, ya veremos a quien se los vende y a que precio.
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