La llegada del expresidente de telefónica Juan Villalonga al frente del Valencia CF parece ser la solución a los graves problemas económicos que el club valencianista arrastra.
Villalonga avalará los más de 400 millones de deuda del club, remodelará el equipo directivo, se encargará de la venta de los terrenos de Mestalla que aún quedan por vender y venderá la imagen del club en los países asiáticos en busca de nuevos ingresos, como ya hacen otros clubs como Barcelona y Real Madrid.
La parcela deportiva permanecerá como está y si bien la sensación es que no habrá variaciones tal vez esa sea la mejor de las noticias, ello significará que Villa y Silva pueden seguir vistiendo los colores che.
Pero la llegada de Villalonga supone otros cambios importantes. Juan Soler deja la gestión del club, mantendrá las acciones hasta la inauguración del estadio pero no tomará más decisiones ni económicas ni deportivas.
El segundo de los importantes cambios es que por primera vez en la historia del club, la entidad valencianista queda en manos no valencianas y no valencianistas. Se rompe el modelo de gestión tradicional y se entra en un nuevo ciclo más similar al modelo de gestión inglés que al español. Veremos en que desemboca.

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