Cuando la pasada temporada, el holandés errante apartaba de un plumazo a Angulo, Albelda y Cañizares, estaba comentiendo un error mucho más grande de lo que podía llegar a imaginar. El holandés no solo cometía la barbaridad de partir la plantilla en mil pedazos, además lo hacía públicamente y sin justificación pública alguna, pero aún así había algo más con lo que nadie contó y que es precisamente lo que está evitando que el equipo funcione durante esta temporada.
El Valencia Cf, además de roto se quedaba sin un lider. Koeman dejó a la plantilla descabezada, sin un lider, sin alguien que pusiese orden cuando fuese necesario, sin alguien que durante los partidos diese un grito para hacer despertar del letargo a sus compañeros, sin alguien que le diese ese empujón necesario al jugador joven cuando no le slen las cosas, sin alguien que presionase al árbitro cuando las injusticias hacen mella en el equipo.
Primero fue Ayala, después fueron Cañizares y Albelda los que perdieron el mando del vestuario y en su lugar nadie, con la necesaria autoridad, ocupo su lugar. No importa si nos caían mejor o peor los jugadores mencionados, el tema que planteo va más allá de la simpatía que pueda generar un jugador. A Raúl, el el R. Madrid, muchos de sus compañeros no le soportan, pero cuando da un paso al frente todos se cuadran y el equipo responde como un solo hombre.
Eso es lo que hizo Koeman, dejo al equipo sin la voz cantante y hoy seguimos pagando las consecuencias. Albelda no es el que era porque, aparte de que sus facultades no son las mismas (es evidente), le han retirado los galones y cuando a un capitán se le quitan los galones, dificilmente rinde como simple soldado de tropa.
Si Koeman, al que hoy hay quien empieza a acariciar verbalmente, hubiese actuado de otro modo, hoy el equipo tendría un aspecto muy distinto. Koeman debía haber preparado el relevo de Albelda y Cañizares con inteligencia, sin provocar traumas en la plantilla, sin abrir aún más la brecha social, sin provocar enfrentamientos violentos entre los propios jugadores y sobre todo, con una alternativa pensada y contrastada. Pero no lo hizo así, prefirió dejar al equipo sin un lider y enfrentado.
Muchos han querido ver en Marchena al nuevo lider, pero por mucho que se empeñen, ese no es el papel de Marchena que ni siquiera, a estas alturas de su carrera, sabe con claridad si es cetral o centrocampista defensivo; en alguna ocasión hasta le ha tocado crear.
Otros quisieron darle el papel protagonista a Baraja, pero el vallisoletano no está por la labor de echarse una plantilla rota a la espalda y reconstruirla él solito. Son demasiadas guerras a su espalda y el mando le llega tarde, las fuerzas flaquean.
Ese es el problema real de esta plantilla, con la marcha de Ayala y la acción dictatorial del holandés errante, el equipo se quedó sin esa voz de mando capaz de poner las cosas en su sitio. Desde entonces los jugadores deambulan por el campo y por los pubs de la ciudad a su libre albedrío sin que nadie sea capaz de aúnar criterios y hacer que todos caminen al unísono, aunque solo sea durante los 90 minutos que duran los partidos y al finalizar los mismos, algunos vuelvan a la barra del bar
Mientras no se encuentre un nuevo lider, alguien a quien crean y escuchen el resto de compañeros, alguien a quien obedecer cuando les da un grito en el campo, el equipo seguirá quemando futbolistas que en otras circunstáncias podrían rendir a gran nivel y que hoy parecen acabados para la práctica del fútbol.
Todo esto, claro está, no va en detrimento de la necesaria limpieza de vestuario. Pero eso será en otro artículo.
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