Hoy las cosas comenzaron como en los mejores sueños, con el Valencia arrollando a su rival, encerrando a los alemanes en su propia área y acumulando ocasiones sin dar respiro a su rival. El gol era cuestión de tiempo, llegó en el 24 por mediación de Jonas, pero podía haber llegado mucho antes; Soldado, minutos antes había estrellado un balón en la madera del arco del joven Leno.
El Valencia desplegó la mejor media hora de juego que le hemos visto hasta el momento en los tres partidos de champions. A partir del 32, el Leverkusen descubríó que presionando la salida del balón sobre Victor Ruíz tenían la mitad del trabajo hecho; la otra mitad quedaba para la faceta atacante del equipo alemán.
Hubo una circunstancia que pasó desapercibida pero que decantó el juego del lado de los de Robin Dutt, en el 21 Banega veía una amarilla, su compañero en el centro del campo, David Albelda, hacía lo propio en el 42 perdiendo así capacidad de presión sobre los hombres de creación. Fueron momentos en los que Ballak, Rolfes y Bender conectaban con Schurrle y Derdiyok, momentos en los que el empate no llegó porque lo evitó Alves en un par de intervenciones de gran mérito.
La segunda mitad comenzó como terminó la primera, con el centro del campo inexistente cuando tocaba defender y con un Leverkusen volcado sobre la portería valencianista. A los de Unai se les habían fundido los plomos, el cortocircuito fue de consideración, tanto que, en tres minutos, los que van del 52 al 55, los de Dutt le dieron la vuelta al marcador. Todo el buen trabajo realizado en la primera media hora se venía al traste y la champions comenzaba a alejarse.

Unai responsabiliza de la derrota a la falta de experiencia de muchos de los jugadores; yo no voy a pedir la cabeza del entrenador, porque si Feghouli es el jugador que debe desequilibrar cuando van por detrás en el marcador ante el Chelsea y ante el Leverkusen es porque Llorente renovó a un entrenador que hace que el peso del equipo recaiga, en los momentos clave, sobre los jugadores con menos minutos sobre las piernas. Emery es el entrenador que Llorente renovó, el mismo que antes del partido afirmaba que querían ganar la champions y dos horas después se queja de la falta de experiencia de sus jugadores. Para hacérselo mirar.
La botella de la ilusión comienza a quedarse vacía y aún no hemos entrado en noviembre. Se avecina tormenta.
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Emery es penoso, un chaval simple a más no poder. No es la derrota lo que me hace pensar así, año tras año he pedido que no siga, este año, ya por anticipado, ruego que de una vez se vaya a su casa.
ResponderEliminarLobo
Que se vaya el que lo ha renovado
ResponderEliminarHay tantas cosas por que quejarse que no se por donde empezar. Deberíamos pedir explicaciones primero a Llorente por su teórica magnífica gestión y también a algunos jugadores. Pero en el campo el responsable directo es Unai y es el unico culpable de que el equipo no funcione.
ResponderEliminarY Llorente de haberle renovado sabiendo lo que iba a pasar
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