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El Valencia volvió a caer derrotado lejos de Mestalla. En nueve jornadas de liga, los de Pellegrino han jugado cinco partidos a domicilio, han conseguido un empate y cuatro derrotas. Curiosamente el único punto logrado fuera de casa se obtuvo en el Bernabeu, el la primera jornada del campeonato.
| Un equipo que no encuentra la forma de golpear lejos de su estadio y que se ha convertido en presa fácil para sus rivales. Además, en sus desplazamientos, el Valencia ha encajado seis goles y solo ha logrado marcar en una ocasión. |
Números pobres, muy pobres que, unidos al tropiezo que el equipo tuvo en Mestalla ante el Deportivo, sitúan a los de Pellegrino en una media de puntuación muy alejada de la exigible para estar en puestos de champions.
Mauricio Pellegrino no ha dado aún con el once ideal, tampoco ha consolidado un estilo de juego. Es más, se ha pasado de un 4-4-1-1 a un 4-3-3 que dio buen resultado en Minsk, pero que fracasó ayer ante un Betis que, como Mallorca o el Levante hicieron, se limitó a aprovechar su oportunidad y a defender el resultado con una defensa ordenada y poco más.
Las dudas en cuanto al juego del equipo se acrecientan, al tiempo que comienzan a hacerse evidentes los primeros descontentos en algunos jugadores. El enfado en la portería de Alves es evidente y se habla de su posible salida en el mes de junio.
Jonas, perjudicado con el cambio de sistema, tampoco está a gusto y ya mostró su descontento de forma pública al ser sustituido la pasada semana, lanzando al suelo una botella de agua. Esta jornada quedó apartado de la convocatoria por el citado incidente.
La competición avanza y en tan solo nueve jornadas el equipo está a 14 puntos del Barça que ocupa el liderato. La brecha con los puestos de champions también comienza a ser preocupante, más aún porque el equipo no da muestras de reacción, y el nerviosismo se ha instalado en el seno de un club que lleva años vendiendo a sus piezas claves pensando que no repercutiría en el nivel de juego pero en el que ahora comienzan a arrepentirse de alguna que otra venta y de más de un fichaje realizado el pasado verano.
Apenas estamos consumiendo el mes de octubre y queda mucha liga por delante. Es cierto que ante el Bate Borisov se venció con claridad y que el equipo dio muestras de mejoría en lo que posicionamiento e intensidad se refiere, pero en liga hay que ser más agresivos, buscar la victoria con un juego mucho más rápido y menos previsible y sobre todo, aprender a dejar la portería a cero.
Las cifras lejos de Mestalla se agravan más aún si echamos la vista atrás. Desde el mes de marzo no se ha ganado en liga, una cifra impropia de un equipo de la entidad del Valencia CF.
Esta semana toca el Llagostera en Copa del Rey. Esperemos que no se convierta en una nueva decepción.
Fue duro que el Valencia no certificara con un nuevo triunfo la mejoría observada en Minsk, sin embargo sabíamos que tendríamos más tropiezos, lo malo es que vino demasiado pronto.
ResponderEliminarFaltó intensidad, pero sobre todo, concentración que si que hubo en Champions. Y la 1º mitad se tiró a la basura enterita.
Es hora de al menos tener más claro cual es el sistema. Este no me desagrada del todo pero hay que elegir uno y pulirlo.
Hoy sabemos que el partido el trampa, ya que hay poco a ganar y mucho a perder, como en todas las primeras fases de copa del Rey
HOLA!
ResponderEliminarLa estrategia económico-futbolística del binomio Llorente-Braulio toca a su fin. Se basaba en vender caro, pagar deudas y comprar barato; y ver, claro está, al Valencia en puestos de Champions.
La fórmula dio dividendos en los últimos tres años y llenó de orgullo al presidente y sus subordinados, pues se consideraba al club como el campeón absoluto de la segunda liga, ésa que disputan 18 equipos pauperizados al margen del Real Madrid y el Barcelona. No éramos pues el ”tercer equipo de España” sino el primero, para felicidad de los hinchas del fútbol acostumbrados a engañarse a sí mismos y aceptar premios de consuelo. El conformismo se impuso y sin mucho esfuerzo el club se vio participando en la máxima competeción europea o, en su defecto, en la Euroliga, en la que incluso se llegó a disputar una semifinal.
A la hora de rendir cuentas, parece que Llorente merecería algo así como el Premio Príncipe de Asturias a la geston económica de un club de fútbol venido a menos. El Valencia está menos endeudado que antes, algo que le debemos agradecer a su actual presidente.Sin embargo, las cuentas menos alegres saltan a la vista cuando hay que juzgar la labor de Braulio, responsable de los fichajes que han llenado al Valencia de jugadores de medio pelo, con la sola excepción del internacional argentino Gago.
La política modesta o mediocre de contrataciones también dio sus frutos, hay que reconocerlo PERO HOY ES INSOSTENIBLE, porque el panorama dentro de la ”segunda” liga ha cambiado sustancialmente. Equipos que hasta hace muy poco padecían de crisis endémicas (Atlético de Madrid, Sevilla) se han recuperado y enfrentan el reto por los puestos europeos en las mismas o mejores condiciones que el Valencia.
Otros clubes han experimentado un repunte notable (Málaga, Levante, Betis) y se ven (por lo menos hoy) mejor preparados para disputarle al Valencia el ”monopolio” del tercer puesto.
El grave error del duo Llorente-Braulio está en que no supo reaccionar a tiempo y competentemente ante los planes del ”enemigo”. Las circunstancias exigían fichajes de mayor envergadura y un entrenador con experiencia (ojalá con títulos a su haber); en cambio, se confeccionó una plantilla
mediocre al frente de la cual se puso a un técnico inexperto y sin carisma. Por lo tanto, no veo cómo vamos a estar más cerca del Barcelona y el Real Madid ni mucho menos cómo vamos a disputarle los puestos Champions a equipos en alza, sobre todo el Atlético y el Málaga.
En resumen, de cara al futuro el club debe cambiar de estrategia, empezando quizás por un cambio de directiva.
Atte.
Sergio Sato