Bendito dilema el de Emery, elegir entre dos buenos porteros
Desde que el dragón Cañizares fue apartado del equipo por el holandés errante y hasta el momento en que, en el mercado de invierno, llegó César procedente del Tottenham, la portería valencianista había quedado desierta.
Hildebrant, Renan, Moyá y el propio Guaita probaron suerte y por razones diversas ninguno cuajó, todos sembraron dudas y el equipo lo acusó, en ocasiones, en exceso.
Con la llegada de César volvíamos a tener portero, pero no sólo un portero que lo paraba casi todo sino un tipo que transmitía seguridad a sus compañeros, que manejaba el tempus de los partidos, que aportaba sabiduría y experiecia y que sacaba de quicio a los contrarios y a las aficiones rivales. En resumen, teníamos un porterazo.
La lesión de César le abrió las puertas de la titularidad a Moyá hace algunas semanas. Hasta ese momento Moyá no había aprovechado las oportunidades que se le habían presentado. De manos blandas, paraba balones pero atrapaba pocos. A ello había que sumarle su inseguridad en las salidas o en los corners.
Pero eso cambió hace pocas semanas. Moyá cuajó un par de buenos partidos, dejó mejores sensaciones de lo que lo había hecho hasta ahora, pero desafortunadamente cayó lesionado.
Volvió César pero lo hizo demasiado pronto, el mismo así lo reconoció, y la premura de su reaparición le hizo recaer.
De este modo le llegó la oportunidad a Vicente Guaita. El más joven de los tres porteros, el tercero en el orden de preferencia de Unai Emery. A Guaita la titularidad le llegó en un momento en que el joven canterano estaba valorando la posibilidad de salir del Valencia en el mercado de invierno. Novias no le faltaban, no en vano, el pasado año fue el portero menos goleado de la segunda división, en el Recreativo de Huelva.
Pero el fútbol es así, cuando menos te lo esperas te llega la oportunidad y en ese momento debes estar preparado para poderla aperovechar. Y de que modo lo hizo Guaita. Dos partidazos en el Bernabéu y Old Trafford atrajeron todos los focos hacia su persona. El joven Guaita reclama su sitio, está maduro para jugar en primera y no le asustan los grandes retos. Ese es el mensaje que lanzó en estos dos partidos. Hasta Berbatov, harto de estrellarse contra su muro, le felicitó. Ferguson se frotaba los ojos y la prensa internacional se hacía eco de su gran actuación.
Ahora César se ha recuperado y a Unai se le presenta el dilema. ¿es mejor darle continuidad a Guaita y dejar a César en el banquillo? o, por el contrario ¿debe volver César y obligar a Guaita a esperar una nueva oportunidad.
Yo creo que lo más acertado es que vuelva César. El veterano portero ha demostrado que además de defender el arco con un nivel superior, le aporta al equipo liderazgo, y dominio de las situaciones complicadas. Con la Ausencia de Albelda, hoy por hoy, César es el único jugador con la personalidad suficiente sobre el campo para hacerse respetar por los árbitros y dada la delicada situación que el club atraviesa con el estamento arbitral, necesitamos un jugador así sobre el césped.
A Guaita le llegarán las oportunidades y no debe desesperar. El día 21, el Valencia se enfrentará al Villarreal en la Copa del Rey; tal vez sea una buena ocasión para seguir demostrando que ya no es el tercer portero del Valencia sino el futuro primer portero.
Por su parte, Unai Emery debe tener la sensibilidad suficiente para no dejar en el ostracismo a un jugador que ha demostrado querer y poder ser primer portero del Valencia, para ello, el entrenador ché, deberá hacer ver a Guaita que confía en él y que en cualquier momento puede tener una nueva oportunidad.